MURCIA. Es bien sabido que el año pandémico de 2020 supuso un mazazo para la música en vivo y, muy especialmente, para la 'hucha' de los macrofestivales que, hasta entonces, congregaban a decenas de miles de asistentes. Por poner un ejemplo, por el Warm Up de Murcia pueden pasar en una edición 'normal' unas 80.000 personas. Pero una cosa es saberlo y otra conocer las cifras de este debacle que ha llevado al sector de conciertos y grandes eventos a una situación desperada, que la apertura de restricciones está ahora mitigando.
Las cifras del desastre que originó la pandemia durante 2020 en la llamada 'música popular' se puede consultar en el recién publicado Anuario de la Sociedad General de Autores (SGAE) y ponen los pelos de punta. Así, para empezar, se informa de que la Región acogió durante este año un total de 521 conciertos, menos de la mitad que en 2019 (1.099). La diferencia se hace más notable en el número de espectadores, ya que también hay que tener en cuenta la reducción de aforos: así, se contabilizaron 122.970 espectadores, muy lejos de los 654.043 de un año antes. Respecto a la recaudación, esta fue de 2.863.102 euros, lo que supone que se dejó de ingresar, nada menos, que casi cinco millones de euros respecto a 2019 (cuando los ingresos fueron de 7.680.645 euros).
El balance murciano es un reflejo de lo que ocurrió en el resto del país, donde durante 2020 se celebraron 45.306 conciertos (frente a los 91.106 del año anterior, una pérdida de 45.800 conciertos), con una asistencia de 5.938.249 espectadores (frente a los 28.273.977 del año previo, es decir, 22.335.728 menos que en 2019) y una recaudación de 102.331.640 euros, frente a los 382.495.679 euros de 2019, lo que supone 280 millones de euros menos.
Estos resultados nacionales representan una bajada del 50,3% en la oferta de conciertos (frente a la subida del 1,9% que experimentó un año antes). En cuanto a los espectadores, el descenso fue del 79%. Respecto a la recaudación, la caída alcanzó el 73,2% para el conjunto de la música popular en vivo (frente a la subida del 6,8% del ejercicio anterior).
Recuerda la SGAE que "los macrofestivales siempre han sido un aporte muy importante para el conjunto de la música popular. De hecho, un alto porcentaje de la recaudación de música popular siempre ha dependido de este tipo de eventos. Ante la situación que se declaró en marzo de 2020, la mayoría de ellos no se han podido llegar a celebrar. Se anularon o tuvieron que ser cancelados, debido a que en su propio formato está el hecho de aglutinar un número considerable de espectadores en vivo".
En algunos casos, apunta, "para intentar paliar el efecto de esta situación, se ha intentado ofrecer una serie de pequeños conciertos o pequeñas giras en diversos lugares, pero sin lograr con ello llegar a mitigar el profundo efecto que sobre las cifras globales ha tenido la desaparición de los grandes festivales".
Por todo ello, destaca la Sociedad General de Autores que la caída de la recaudación ha dejado al sector de la música en vivo "en una situación de profunda crisis".
La eliminación de muchas de las restricciones que había hasta ahora abren una vía de esperanza para los organizadores de conciertos y festivales. Una prueba de fuego en la Región fue la celebración del 'sustituvo' del Warm Up -que se ha aplazado a 2022-, un ciclo de conciertos que se ha llamado Warm Up Days, con aforo para 5.000 personas y con el requisito para acceder de presentar el pasaporte covid o un test de antígenos realizado 48 horas antes. El resultado ha sido 0 positivos durante los cuatro días, entre el 8 y el 11 de octubre- en los que se llevó a cabo.