La orientación general alcanzada por los Veintisiete proporciona a la presidencia española del Consejo un mandato para iniciar las negociaciones con el Parlamento Europeo, que comenzarán tan pronto como la Eurocámara adopte también su posición al respecto.
La posición del Consejo busca un "equilibrio" entre requisitos "realistas" en materia de emisiones de vehículos e inversiones adicionales para la industria, en un momento en el que los fabricantes de automóviles europeos están atravesando una transformación hacia la producción de automóviles de cero emisiones.
El enfoque general de los Veintisiete mantiene así los límites de emisiones y las condiciones de prueba que ya existían en la norma anterior (Euro 6) para turismos privados y furgonetas, y establece límites más bajos para los vehículos pesados en comparación con el reglamento previo.
Euro 7 también contiene una disposición especial sobre los autobuses urbanos para garantizar la coherencia con el objetivo de cero emisiones para 2030 propuesto recientemente para estos vehículos y establece límites para las emisiones de partículas de frenos y neumáticos.