LORCA (EFE). Más de un centenar de afectados por las riadas del año 2012 se han manifestado este domingo en Lorca, en coincidencia con el duodécimo aniversario de la catástrofe, para reclamar al Ministerio de Transición Ecológica que ejecute las presas de laminación planeadas y el resto de obras hidráulicas necesarias para minimizar el efecto de posibles nuevas avenidas.
Convocados por la Plataforma de Afectados por la Inundación de Lorca (Pailorca) han recorrido el Camino del Azagahor, en la pedanía de Torrecilla, una de las que, junto a Campillo, resultó más afectada por la riada de San Wenceslao y que es una de las más vulnerables ante situaciones de avenida.
Una pancarta con el lema Duodécimo aniversario de la riada de San Wenceslao. Doce años de espera, doce años de retrocesos. Exigimos soluciones ya ha abierto la manifestación, en la que los participantes han lucido camisetas blancas con el logotipo de la plataforma.
La presidenta del colectivo, Adelina Sánchez, ha recordado a Efe que en aquella riada "murieron cinco personas de una forma terrible" y doce años después los vecinos de la huerta de Lorca y Puerto Lumbreras siguen teniendo la misma "situación de vulnerabilidad" ante una riada que en el año 2012.
Los afectados reclaman con la construcción de las infraestructuras hidráulicas para evitar que el agua anegue las pedanías de Campillo, Purias y Torrecilla, en la hondonada del valle del Guadalentín, en la que confluye el cauce de las ramblas.
El plan de prevención de avenidas que aprobó tras la riada de 2012 la Confederación Hidrográfica del Segura contemplaba construir tres presas de laminación en las ramblas más activas y un canal artificial para encauzar y evacuar el agua de la rambla de Biznaga con una inversión de 196 millones de euros, aunque ninguno de esos proyectos se ha llegado a ejecutar.
"Estamos muy desanimados" porque después de 12 años ninguna de las obras comprometidas se ha ejecutado y opina que las administraciones "se están riendo completamente" de su problema. Ha vuelto a reivindicar un cauce que recoja toda el agua que desemboca en la rambla de Biznaga para que la pedanía de Campillo no se quede anegada y una red de drenaje que evacue el agua que recoge el valle para que no se inunde la pedanía de Torrecilla.
Entre los manifestantes estaba María Pérez Hernández, viuda como consecuencia de la riada de 2012, en la que su marido murió al intentar salvar de un torrente a un abuelo y a sus dos nietos en la pedanía lumbrerense de El Esparragal.
El hombre se bajó de su coche para socorrer a la familia y pudo rescatar a uno de los niños, pero murió arrastrado por el agua, al igual que el abuelo y su nieta, que fueron las tres víctimas mortales de la riada en Puerto Lumbreras, a las que se sumaron dos fallecidos más en Lorca.
María se ha lamentado de que todo siga igual y ha denominado "el corredor de la muerte" el punto en el que perdió la vida su marido, al tiempo que ha advertido de que la situación podría repetirse en caso de lluvias torrenciales.
Como Adelina, María ha relatado la angustia de los vecinos ante los pronósticos meteorológicos que anuncian una DANA (depresión aislada en niveles altos), ya que desde 2012 la zona se ha visto afectada por otras cinco gotas frías de menor impacto.
La única certeza que tienen los vecinos es que hay posibilidades de que se repita la tragedia de San Wenceslao, que causó daños por más de 100 millones de euros euros, ya que la riada afectó a 300 viviendas y 260 granjas.
En la manifestación han participado concejales del PP, del PSOE y de IU en el ayuntamiento de Lorca. "No vamos a dejar de lado a los vecinos. Vamos seguir trabajando, insistiendo en que estas construcciones hidráulicas son vitales para evitar daños futuros ante posibles avenidas", declaró Ángel Meca, edil de Infraestructuras.