MURCIA. La economía regional sigue padeciendo la infección de las empresas zombi. Estos muertos vivientes, compañías que durante dos ejercicios consecutivos no consiguen cubrir con sus resultados operativos los intereses de la deuda, siguen pululando en la Comunidad, donde se cuentan un total de 780 de estas criaturas de pesadilla.
Al menos, así lo señala el último estudio de Iberinform, filial de Crédito y Caución, en el que atribuye unas 32.500 empresas que pueden considerarse como zombi o "vulnerable" en todo el territorio nacional. Dado que la Región de Murcia supone el 2,4% del total de España, eso supone que su cantidad ronda las 780.
De esta forma, la Comunidad logra reducir el voraz bocado de estas sociedades, pues Iberinform cifraba 1.100 de estos seres en un informe elaborado en marzo de este mismo año. Así, se constata que la Región de Murcia ha reducido en 320 el número de muertos vivientes en su territorio en tan solo 9 meses, es decir, un 30% menos.
Las compañías zombi predominan especialmente entre las firmas de menor tamaño, pues las microempresas suponen el 59% del total, mientras que aquellas catalogadas como pequeñas aportan otro 30%. De hecho, las grandes solo representan el 3,8% y las medianas el 7,8%. Cabe señalar que el tamaño también es un factor que influye en la capacidad de una empresa para sentarse a renegociar con sus acreedores financieros
Por sectores, destacan la construcción (22%) y el comercio (21%) como los más infectados, seguidos de la industria manufacturera (12%) y los servicios empresariales (11%). Por el contrario, la industria extractiva (0,4%) y la educación (1,1%) son las actividades donde estas criaturas de pesadilla menos han proliferado.
Una empresa zombi es aquella que presenta una rentabilidad baja o incluso negativa, incapaz de generar suficientes recursos para hacer frente a los costes financieros que conlleva la devolución de sus deudas a corto y medio plazo, según explican desde Iberinform.
Estas empresas, altamente vulnerables, logran sobrevivir en el mercado mediante la refinanciación continua de su deuda. En consecuencia, su existencia puede llegar a condicionar el desarrollo de una economía, ya que en el largo plazo tienen un futuro incierto, multiplican en su actividad con el resto del tejido productivo los riesgos de impago y la prolongación de su actividad impide que los recursos se reasignen a otros negocios más eficientes.
Para ser consideradas zombis, estas firmas que aún presentan sus cuentas anuales al Registro Mercantil deben mostrar al menos dos ejercicios consecutivos en los que sus resultados operativos fueron insuficientes para cubrir los compromisos derivados de su endeudamiento financiero.