MURCIA. Los huertanos, como es sabido, en su mayoría habitaban la huerta en las denominadas barracas, construcciones muy humildes hechas de adobe, cañas y enlucidas con cal, ya que estos eran arrendatarios de las tierras.
En un interesante documento de finales del siglo XVIII, procedente del archivo Reino de Valencia, aparece un decálogo con las condiciones a seguir en la construcción de casas en la huerta del partido de Torreagüera, el cual era posesión del marqués de Manfredi y de la Casta, Giovanni Battista Manfredi. Este documento nos puede hacer pensar que todas las viviendas que se construían en la huerta por la clase trabajadora no eran las típicas barracas.
Los huertanos de las estribaciones del monte Miravete seguirían una normas. Según este escrito, las condiciones para la construcción de las casas en las tahúllas del señor marqués eran las siguientes:
- Todo se ha de sujetar a planta y perfil en alzador y gruesos, así en la obra como en los huecos de puertas y ventanas.
- Las paredes irán trabajadas en piedra y yeso con una tercera parte de arena y todas ellas enlucidas con yeso.
- La división de la cocina y cuarto será tabique doble y la campana de chimenea tabique sencillo, enlucido por fuera y por dentro pasadas las juntas, poniéndole los listones correspondientes para cargar la chimenea y del ángulo de la escuadra su pendolón.
- Ha de llevar otra obra dos hiladas de vuelo de ladrillo, uno de soga y otro de asta, para su coronación y en lo que en el cuerpo de la casa, cargará su tejado encima y en el parador irá losado, vuelo con su cobija de teja, como demuestra el perfil o corte a excepción de la parte que corresponde a los pesebres y de estas saldrá el tejado con las aguas a la huerta cuyo terrado de cuadra ha de ser losado de cal.
- Tendrán los cimientos de profundo tres palmos y de zarpa medio palmo encalado, siendo estos de cal y piedras y sus paredes subirán desde la superficie, que esta se contemplará siempre un palmo más alta que los bancales cuatro palmos y de así arriba se gastará la piedra y yeso.
- Los pesebres quedarán con su guarnición de madera y la cuadra empedrada, levantando lo que manifiesta el plano del maestro, y en los huecos se pondrán sus umbrales maderas, procurando poner estas de modo que reciban las aguas del tejado.
- Las maderas de la casa como de cuadra serán colañas de buena condición y su espesor será el de una tercia, las que cubrirá con cañizo de buena calidad así como las del tejado de la casa como las del terrado losado de la cuadra.
- Las puertas de la casa, parador y surtido, de la casa al parador, serán clavadas, y la última llevará un postigo para que comunique luz y sea de grande todo lo que pueda de media puerta arriba con todo su ancho.
- Las cinco ventanas que se demuestran en el plan serán sencillas con sus postigos y sus berfas de morera.
- Es condición, se ha de dar todo concluido con llave en mano y que el asentista ha de pagar los gastos de planes, condiciones y escritura y no ha de poder oponerse a que siempre y cuando el dueño o sus apoderados quieran cambiar sujeto que revise la obra, lo puedan hacer con toda libertad, y entregar los planos y condiciones siempre que se le pidan para este efecto u otro.
- Es condición que hasta que concluya una casa por el precio del concierto, no ha de tomar interés alguno, y esto ha de ser luego, que conste la declaración o certificación que para ello nombre el sujeto en quien residan las facultades.
Como se ha podido observar en este decálogo, estaba previsto como, por ejemplo, el detalle de que un maestro no dejara la obra a medio por recibir otra oferta más rentable.
Esta zona tiene la ventaja de que al estar junto a la montaña, donde se extraían las piedras en las canteras, y se obtenía el yeso y la cal, hacía más económico el coste de la vivienda, empleando menos dinero al transporte de materiales; a esto se unía, la reducción de los tiempos de construcción de las mismas.
Ha de mencionarse que en 2022, la dirección general de Patrimonio Cultural Región de Murcia ha declarado los restos de hornos de yeso y cal del monte Miravete, bien catalogado por su relevancia cultural. Esta declaración, supone un apoyo fundamental para la conservación y puesta en valor de este patrimonio industrial, que nos dejaron como legado nuestros antepasados.
*Raúl Jiménez y Lorca es cronista de Torreagüera