CARTAGENA. La sexta ola ha golpeado en la línea de flotación de los hoteles de la Región cuando parecía que iban a disfrutar de una Navidad plena, algo que parece ya un sueño lejano. El 2019 queda ya muy lejos, después de que la covid-19, y sus múltiples variantes, persistan en la idea de quedarse entre nosotros. Pese a que la vacunación ha reducido de forma notable tanto los fallecimientos como las hospitalizaciones, el fuerte incremento de contagios, con un aumento de la incidencia del 90% en la última semana, ha provocado que las cancelaciones y la congelación de las reservas haya dejado tiritando de nuevo al sector hotelero.
"Esto es horroroso. Las cancelaciones de reservas son continuas, nada de comidas de empresa...La situación es francamente mala", señala con pesar Bartolomé Vera, vicepresidente de Hostemur y presidente de la patronal hotelera de Cartagena. "Por estas fechas en la Región no solemos tener un cliente nacional, más allá de aquellos que vienen a visitar a familiares. Solemos tener turista internacional, pero todo ese cliente lo hemos perdido. Los británicos, franceses…Todo cancelado", añade Bartolomé Vera. "Nosotros recibimos muchas reservas de última hora. Como destino de sol y playa, tenemos muchas reservas en el último minuto. Todo eso ahora está paralizado".
Desde el sector están a la espera de algún real decreto que pueda salir esta semana, tras la que esperan que se anuncien más restricciones que terminen de dar la puntilla a unos negocios que veían como empezaban a coger aire tras dos años fatales y que, de repente, se han visto en el mismo punto que el año pasado. "Tenemos un evento deportivo del 2 al 7 de enero que, esperamos, se pueda celebrar, pero está en el aire también", afirma con esperanza Vera que, además de las cancelaciones de reserva, ven como las cenas de Nochevieja se han esfumado. "Hemos perdido las cenas de Nochevieja también. Las pérdidas pueden llegar al 40% de lo previsto", cuenta el vicepresidente de Hostemur. "Ante la previsión de que nos puedan obligar a cerrar a una hora determinada o limitar el número de comensales por mesa, muchos hemos decidido no dar cenas en Nochevieja".
Una decisión que tiene que ver más con limitar las pérdidas que con esperar beneficios. Sucede que, al igual que olas anteriores, las decisiones tienen un punto de improvisación en tanto en cuanto se hace con pocos días de antelación. Para entonces, los locales que pretenden ofrecer cenas o comidas en Nochebuena necesitan haber hecho acopio de provisiones para esos días. "No queda otra que esperar a ver que decisiones se toman y adaptarnos como podamos. Ya nos hemos hecho a la idea de que vamos a tener 4-5 semanas caóticas", zanja Vera. La pesadilla para el turismo ha vuelto.
