MURCIA. El consumo en España de las Benzodiacepinas es muy elevado, hasta el punto de que dos de ellas, Alprazolam (Trankimazín) y Lorazepam (Orfidal), se encuentran entre los diez medicamentos que más se dispensan en las farmacias. Esto, a priori, arroja datos significativos, como que existe una elevada prevalencia de los trastornos de ansiedad e insomnio, para los que éstos están indicados. Pero, analizando los casos de las personas que acuden a las consultas de Psicología o de Psiquiatría, escuchándolos… vemos que aunque proporcionan un alivio 'momentáneo' de los síntomas y dificultades, tienen un alto riesgo de provocar dependencia, tolerancia y abuso.
"Cuando se intenta dejarlo, surge el síndrome de abstinencia, con síntomas de ansiedad, insomnio, taquicardia, temblor, inquietud e irritabilidad"
Actualmente nos encontramos con personas que consumen Benzodiacepinas durante años, incluso para desempeñar las actividades cotidianas. También hay quien sigue tomándolas a pesar de que ha desaparecido el motivo por el que se le prescribieron, quien presenta dificultad para dejar de tomarlas o para reducir la dosis, quien experimenta ansiedad entre dosis, quien acude con inquietud al médico para conseguir más recetas, quien lleva siempre las pastillas consigo y se toma una dosis adicional antes de un acontecimiento que le pueda parecer estresante, quien ha aumentado la dosis respecto a la que se le había prescrito al principio o quien padece ansiedad e incluso depresión que se va agravando a pesar de seguir tomando este fármaco.
Cuando se intenta dejarlo, surge el síndrome de abstinencia, con síntomas de ansiedad, insomnio, taquicardia, temblor, inquietud e irritabilidad. Como nos explica el psiquiatra murciano, el Dr. Ros Romero, como estos síntomas son similares a los que tenían cuando se les prescribió el fármaco, la persona cree que sigue padeciendo el mismo problema y que tiene que seguir tomándolo. De forma involuntaria e inconsciente, se vuelve dependiente. Sobre todo cuando el médico que se las prescribió no les advirtió que el consumo prolongado de las mismas provocaba estos efectos, o porque han desoído estos consejos.
Hay personas que se toman varios 'orfidales' al día, y se sorprenden de los despistes, fallos de memoria o cambios bruscos del estado emocional, porque no son conscientes de lo que se están tomando, y de que eso influye en su comportamiento.
"Las Benzodiacepinas alivian, bloquean los síntomas, pero no curan"
La forma de inicio de la toma de este fármaco no siempre es igual. A veces, por falta de Psicólogos en Salud Mental, es prescrito por su médico, otras lo cogen de un familiar o es el propio allegado quien se lo ofrece tras un evento estresante inesperado (ruptura sentimental, agobio por estudios, fallecimiento o enfermedad de alguien significativo..) o lo compran del mercado negro… También influye el ritmo de esta sociedad, el no tener paciencia, no saber esperar y no haber aprendido a convivir con el malestar… Y como hemos dicho, esta sustancia promete ese consuelo o desahogo inmediato.
Las Benzodiacepinas alivian, bloquean los síntomas, pero no curan, incluso pueden empeorar las dificultades de salud mental. ¿La solución a esto? Más información por parte de los especialistas, más psicoeducación y más psicoterapia para dotar de herramientas de gestión emocional, cuyos efectos son más duraderos y beneficiosos.
Colegio Oficial de Psicólogos de la Región de Murcia
Grupo de Trabajo del COP-RM: psicología privada, psicología educativa y psicología envejecimiento.