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Los chiringuitos de La Manga no aguantan más: "Prefiero una retirada a tiempo que otra gran derrota"

"Prefiero que no me den nada, pero que me dejen trabajar, que hagan su trabajo y me den los permisos que necesitamos. Encima que no nos dan ayudas, nos están molestando", dice Pedro Conesa de Pata Palo Sunset y Sabinar Playa

27/03/2021 - 

CARTAGENA. "He montado uno de los chiringuitos más bonitos que había en La Manga y he intentado dar el mejor servicio, pero no he podido aguantar más", dice Luciano Martínez, propietario del chiringuito Olokum, ubicado en la playa del Galúa. Ha sido el secretario de la Asociación de Chiringuitos de Cartagena (Achica) y uno de los más activos en las reivindicaciones de este sector que apenas ha conseguido levantar la cabeza desde el pasado año. Se quedaron sin Semana Santa en 2020 y con un verano a medio gas también. Este 2021 no ha sido la pandemia, sino la imposibilidad de acceder a la licitación de los establecimientos, tras finalizar el periodo de vigencia de cuatro años. Los pliegos no han salido y los hosteleros se han quedado sin poder abrir.

"Prefiero una retirada a tiempo que una gran derrota, aunque ya tendré que pagar las tasas de 2020 hasta 2022", apostilla Martínez, quien añade que ha puesto a la venta su chiringuito. "No voy a optar a la licitación, he perdido el negocio y a toda mi plantilla", añade con tristeza e impotencia.

Pedro Conesa, explicaba a Murcia Plaza que su intención es montar los dos chiringuitos que regenta: Pata Palo Sunset y Sabinar Playa, en Islas Menores. "No abrir ahora, en Semana Santa, es una faena", explica Pedro, que es propietario de otro negocio hostelero: venta El Sabinar.

Recuerda Conesa que desde septiembre han trabajado con el Ayuntamiento y Hostecar para agilizar los trámites en las nuevas licitaciones que salen a concurso y para que no les entraran las prisas "como ya nos sucedía hace cuatro años", pero ha vuelto a pasar, y al verano llegan casi a la carrera.

"Si no se hace nada extraordinario llegamos pelados a junio, un desastre porque el daño que se hace a la zona es irreparable", argumenta Conesa. Lanza una frase lapidaria y que, probablemente se podría hacer extensible a algunos hosteleros del sector: "ya pueden decir desde el Ayuntamiento que van a dar no sé qué en ayudas. Prefiero que no me den nada, pero que me dejen trabajar, que hagan su trabajo y me den los permisos que necesitamos. Encima que no nos dan nada, nos están molestando".

Hay que recordar que hace unas pocas semanas los propietarios de los chiringuitos pedían una prórroga en la concesión de las licencias de los establecimientos en las playas del municipio, esgrimiento que los cuatro últimos años han sido nefastos por los diferentes problemas climatológicos y sanitarios, lo que ha supuesto un auténtico desastre en la gestión de sus negocios.

Ahora que han finalizado dichas concesiones y se ha iniciado el trámite para un nuevo periodo, los miembros de la asociación Achica -Asociación de Chiringuitos de Cartagena-, explican que hay nerviosismo entre los empresarios, por la incertidumbre que hay de cara a la temporada que viene. Explican desde el colectivo que son conscientes de que van a sacar la nueva licitación, pero también les hubiera gustado que desde el Ayuntamiento consideraran llevar a cabo una prórroga por una temporada, algo que ha sucedido en Alicante. 

Desde el Ayuntamiento explicaban que en Alicante es una prórroga que propone su patronato de Turismo. "Aquí las autorizaciones de ocupación las hace Costas, el ayuntamiento gestiona las adjudicaciones, que siempre se renuevan año a año, con independencia del tiempo de adjudicación. En esta ocasión se está entre un contrato finalizado y uno nuevo que se propone  por cuatro años".

Hay, por tanto, dos cosas: autorización de ocupación de dominio público, que da costas y terminó; adjudicación de los puestos uno a uno, una vez autorizados, que es lo que saldrá en cuanto costas dé el visto bueno definitivo. 

En términos económicos, MC Cartagena estimaba esta misma semana que la imposibilidad de montar los chiringuitos esta Semana Santa provocará unas pérdidas de casi 3,5 millones de euros. Por lo que se refiere a la generación de empleo, se considera que los 75 puntos habilitados en el litoral cartagenero demandan la contratación de 300 trabajadores.

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