según cuenta el gerente de dulces 'El Turro'

Los caramelos alargados típicos de la Semana Santa no viven su momento más dulce en la Región

10/04/2022 - 

MURCIA (EUROPA PRESS). Los tradicionales caramelos alargados de Semana Santa viven "su horas bajas", según cuenta el gerente de dulces El Turro, Francisco Hernández Banegas, uno de los principales artesanos que fabrica este dulce que suelen repartir nazarenos y cofrades durante las procesiones. Explica que la culpa la tienen "la falta de relevo generacional entre los procesionistas, el encarecimiento de materias primas y la competencia de productos de confitería"

Esta golosina tiene unas características especiales para estas fechas de Pasión, tanto por dentro como por fuera. Este caramelo tiene forma de pastilla alargada y tiene unos tamaños desde los 50 gramos hasta los 500 gramos envueltos en un papel especial que se decora "con imágenes de cada una de las cofradías" y en el que "incluimos las típicas poesías murcianas o el escudo de la hermandad que nos lo pide" y que hacen de este dulce "algo singular", ha comentado el gerente la empresa.

Sin embargo, el tradicional caramelo de Pasión vive "sus horas bajas" como ha reconocido Hernández Banegas, que encarna la quinta generación de esta empresa. El gerente ha señalado que los efectos de la pandemia y, más recientemente, el encarecimiento de algunas materias como el azúcar, aceite, los productos de confitería o las energías han hecho que esta campaña se pueda calificar de "desastre" ya que de unos "100 kilos de caramelos de Semana Santa hemos pasado a unos 20 kg".

En opinión de Francisco Hernández, en la merma de ventas también ha influido "la incertidumbre que tenían los nazarenos por conocer si este año habría o no procesiones". Una vez disipadas esas dudas "ya no había tiempo para atender los pedidos".

Para esta empresa centenaria, la campaña de Semana Santa ha pasado de suponer "el 30% de nuestros ingresos a poco más del 3% en 15 años". Esto también es debido, según ha afirmado Hernández, "a la falta de renovación de las procesiones". Para el gerente, la Semana Santa, las procesiones y los caramelos son vistos como "algo del pasado", en muchas zonas "no hay relevo generacional y, por consiguiente, los caramelos se resienten".

Monas y torrijas

Uno de los postres 'clásicos' que no pueden faltar en Semana Santa son las monas. Durante estas fechas el maestro pastelero, Antonio Hernández Mejías, llega a elaborar "unas 1.400 monas para los días fuertes de la Pasión, además de cerca de 1.000 más pequeñas" que están dentro de las dádivas que los nazarenos murcianos entregan a los espectadores de los cortejos procesionales de la Región de Murcia.

A pesar de ello, Mejías  comenta que este año "no hay la alegría de otros años", por lo que, desde su punto de vista, "todavía no hemos llegado a tiempos anteriores a la pandemia". Con la cifras en la mano, el expresindete de la Asociación Regional de Pasteleros, señala que "en 2019 podíamos estar en torno a las 2.500 monas de nazarenos".

Además, de los efectos de la covid-19, la competencia de las panaderías "es devastadora" para un producto de mayor calidad como es el de la mona hecha en confitería. En los obradores confiteros, "la mona lleva productos de mayor calidad, mientras que la panadería es harina, agua y azúcar". 

Finalmente, recuerda que las monas con huevo "son un atractivo para el visitante" de la Semana Santa en la Región de Murcia.

Por otro lado, la torrija en las confiterías "no tiene tanto tirón" porque es una receta "muy casera". Aún así, en una jornada festiva las ventas "pueden llegar a las 500 unidades". Hernández Mejías ha 'tentado' a aquellos que se acerquen a las confiterías murcianas a probar una torrija hecha "con una receta especial" que tiene como base un bollo con mantequilla "frito, escurrido, bañado en almíbar o miel y rellena de crema pastelera".

A parte de las recetas dulces y postres, las empanadas tampoco faltan en el recetario de Semana Santa. En opinión de Mejías "hay un sector muy potente de personas que respetan la vigilia" y la tradición de no comer carne en fechas de la Pasión. Por eso, ha argumentado el maestro pastelero, "unas 2.000 empanadas puede salir del horno durante los nueve días de Semana Santa". La de atún, con tomate y huevo cocido es la estrella para estas próximas fechas.

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