MURCIA. Todo puede cambiar en cuestión de días. Noviembre ha sido un mes intenso para la Región de Murcia y su lucha por el control de la covid-19. El mes transcurrió con dureza, el más letal con 267 muertes, y dejó los peores indicadores de toda la pandemia: un triple récord de positivos (1.002 nuevos casos el día 6), hospitalizados (632 pacientes el día 11) e ingresados en UCI (109 el día 19). Pero también ha sido un mes volátil, hasta el punto de que fue capaz de mostrar tanto la peor cara como la parte más optimista. Pues lo que empezó catastrófico acaba con visos de esperanza, lo que permite encarar con optimismo un tiempo tan sensible como es la Navidad.
El panorama ha cambiado, y mucho, en apenas diez días. El pasado 21 de noviembre, la Región reabría la hostelería en diez municipios tras dos semanas de suspensión del sector. Un día antes había contabilizados más de 10.000 murcianos contagiados (10.056 para ser exactos) y los hospitales acogían a 500 pacientes covid, de los que 105 recibían tratamiento en las unidades más delicadas, las UCI. Las cifras de muertes, además, asustaban, con un parte diario de 12 muertes.
Ahora la situación es otra. Los hospitales mantienen una cifras elevadas, aunque se ha producido una mejoría. Hay 395 hospitalizados y las UCI atienden a 87 enfermos críticos. Pero la evolución favorable se nota especialmente en el número de casos activos. Según el último balance, hay ahora menos de 5.000 murcianos infectados (4.959, con exactitud). Además, el dato de muertes ha menguado, con cuatro decesos, si bien es una lacra que continúa golpeando cada día a la Región (hay que remontarse hasta el 5 de octubre para encontrar la última jornada sin fallecimientos).
La incidencia del virus ya ha bajado de 100 casos por cada 100.000 habitantes de la Región en siete días. Este indicador llegó a situarse en 363 positivos por cada 100.000 ciudadanos a finales de octubre, cuando el Gobierno regional decretaba el doble cierre perimetral de la Región y sus 45 municipios, una medida drástica y sin precedentes. Aquel día, el balance de Salud deparaba 911 positivos. Poco antes el Ejecutivo nacional había declarado el estado de alarma y la propia Comunidad había insaturado el toque de queda.
Ahora algunos municipios como Murcia, que tan afectados se vieron en su momento, soportan una tasa de 65 casos por cada 100.000 vecinos. Menos incluso que Cartagena, que tiene 68 infectados por cada 100.000 cartageneros. La tasa de incidencia ha descendido un 75%, destacaba el portavoz del Comité de Seguimiento de la Covid, Jaime Pérez, que también resaltaba que la presión de los hospitales se acerca a los criterios de de la fase 1 de asistencia sanitaria. "Esto nos posibilitaría flexibilizar aún más las medidas", apuntaba.
A día de hoy, 27 municipios de la Región se encuentra en un nivel de alerta medio-alto, 11 permanecen en un nivel de alerta muy alto y seis afrontan un nivel de alerta extremo (Yecla, Totana, Torre Pacheco, San Javier y Los Alcázares). Tan sólo una localidad, Ojós, se sitúa en un nivel de alerta bajo. "Estamos comprobando cómo el esfuerzo de la sociedad y las medidas acordadas dan sus resultados, demostrando su eficacia", señalaba Pérez.
Con todo, las autoridades siguen llamando a la prudencia y la responsabilidad. Los contactos sociales deben evitarse en la medida de lo posible y nunca hay que descuidar la triple recomendación: mascarilla obligada -incluso en las terrazas, pues sólo hay que quitársela para consumir-, lavado de manos y distancia de seguridad. Un error puede ser fatal... y puede generar toda una cadena de contagios.