Foto: Fundación Camino de la Cruz de Caravaca/M.J.G
MURCIA. La explanada de la Basílica de la Vera Cruz en Caravaca fue escenario del último concierto de la iniciativa 'Las Noches del Camino', la primera edición del ciclo musical promovido por la Fundación Camino de la Cruz de Caravaca y por el que han desfilado, entre otros, Luz Casal y Arde Bogotá. El broche de oro lo puso este sábado pasado Loquillo y su banda, con un concierto elegante e íntimo con el que el barcelonés sacó su lado más poético, mostrando una cara diferente a la de su etapa más salvaje, a esa que está detrás de aquellos himnos que lo han encumbrado al Olimpo del rock patrio.
En la gira 'Loquillo: 30 años de Transgresiones' nos encontramos con una banda madura y sosegada, que ha ido soltando lastre para crecer y avanzar hacia lugares insospechados para aquellos que coreaban "yo para ser feliz quiero un camión" y que ahora se deleitan con las letras de Mario Benedetti, Jacques Brel, Luis Eduardo Aute, Luis Alberto de Cuenca o Jaime Gil de Biedma. Transgredir o morir, quizás. Una metamorfosis radical para una banda que camina hacia donde quiere, sin perder la pasión y la fuerza. Ya en 1994, Loquillo se atrevió a llevar poesía cantada a los escenarios, y desde entonces no ha parado de meter sonetos en todos sus discos, grabando incluso varios basados en la poesía contemporánea. Los ha recopilado en 'Antología Poética: 30 años de Transgresiones'. A los que han seguido fielmente al artista todo esto no les pilla de sorpresa.
Sobre el escenario de la explanada de la Basílica de la Vera Cruz llamaba la atención la cuidada escenografía, propia de un cabaret o teatro. Focos retro, terciopelos y ambiente relajado. Atuendos elegantes y sofisticados. Estudiadas poses y gestos sin estridencias que daban un plus al espectáculo. Sin rastro del pájaro loco ni las tibias. Premonitorio para un concierto donde el Loco se rendía totalmente a la poesía, alejándose del ruido, pero sin dejar de lado el rock y la fuerza de sus directos, las guitarras afiladas y esa voz tan personal.
La vida por delante (1994), Con elegancia (1998), Mujeres en pie de guerra (2004), Su nombre era el de las todas las mujeres (2011) Loquillo en Madrid (2012), así hasta 30 canciones que condensan lo mejor de su trayectoria más íntima y poética. Con un Loquillo totalmente inspirado, con las interlocuciones medidas y que demostró estar muy a gusto y cómodo en su papel. Hasta la gran luna de julio, la luna del ciervo, se rindió al 'Loco' y su banda genuina "de categoría": Igor Paskual, Laurent, Castagnet, Alfonso Alcalá, Josu García, Pablo Pérez y Jorge Rebenaque, junto a Cristina Suey, gran descubrimiento, que se ha unido en esta gira al violonchelo.
Noche memorable musical en un lugar de leyenda, bajo la atenta mirada de la gran Basílica de la Vera Cruz y con una banda legendaria que ha evolucionado al "mejor todavía" y que sigue escribiendo la historia de la música de nuestro país. No se podía pedir más. Larga vida al rock y… a la poesía