VALÈNCIA. Lunes 25 de noviembre de 2019, Madrid. Varios operarios comienzan a retirar las placas con los nombres de los fusilados por el franquismo en el cementerio de La Almudena porque -según PP y Ciudadanos- no cumplían con las recomendaciones del Comisionado de Memoria Histórica. Al quitar estas placas desaparecen los nombres de los fusilados entre 1939 y 1944, pero no su memoria. Esta sigue intacta en el recuerdo de sus familiares, en sus relatos y en sus objetos personales.
Su recuerdo vive también entre las líneas de las cartas que enviaban desde la cárcel, cartas preservadas por sus familias que ahora cuentan con una respuesta, 80 años después y entre las páginas de Las cartas de la memoria: un libro que mantiene su historia viva a lo largo de más de 400 páginas en los que se reúnen hasta 80 familias para responder a las cartas que enviaron los represaliados por el franquismo desde la cárcel. Un ejercicio de Tomás Montero y los miembros de Memoria y Libertad junto a la la editorial valenciana Llibres de L’Encobert, capitaneada por José A. López Camarillas quien busca rendir homenaje a las víctimas del franquismo en un formato eterno: un libro que no se puede destrozar y que, tal y como repasa Culturplaza esta semana, sirve como "reparador de la memoria".