MADRID (EFE). Los gobiernos de la UE y el Parlamento Europeo alcanzaron este jueves un acuerdo para elevar del 32 al 42,5 % el objetivo de consumo de energía renovable para 2030, una meta vinculante que incluye también el compromiso de intentar lograr una cuota del 45 % y que finalmente reconoce un papel limitado del hidrógeno nuclear que defiende Francia.
El acuerdo alcanzado por los negociadores de ambas partes debe ser ahora confirmado tanto por la Eurocámara como por el Consejo de la UE, en el que están representados todos los Estados miembros, informaron las dos instituciones en sendos comunicados.
De esta forma, los países de la UE y los eurodiputados cierran una normativa clave del paquete conocido como "Fit for 55", con el que el bloque quiere acelerar la transición ecológica para alcanzar la neutralidad climática a mitad de siglo, es decir, una economía en la que se hayan reducido al máximo las emisiones del CO2 y las pocas que haya sean absorbidas, por ejemplo, por los bosques.
El pacto ha sido alcanzado después de sortear las exigencias plantadas por una decena de países, liderada por Francia, con respecto a papel del hidrógeno obtenido por energía nuclear en el camino hacia la descarbonización, llamado "hidrógeno rosa".
La "alianza nuclear" capitaneada por París buscaba que el texto reconociese de alguna forma la contribución del "hidrógeno rosa", algo a lo que se oponía otro grupo de países de tamaño similar que defendían que el hidrógeno de origen nuclear no puede ser considerado renovable, entre ellos España o Alemania.
Esta batalla se jugó en concreto en el apartado sobre la descarbonización de la industria, a la que el acuerdo preliminar obliga a aumentar el uso de energía renovable un 1,6 % al año y a asegurar que el 42 % del hidrógeno utilizado proviene de combustibles renovables de origen no biológico para 2030 y el 60 % para 2035.
Sin embargo, los Estados miembros podrán reducir la contribución de la industria siempre que esto no ponga en entredicho el cumplimiento de su objetivo nacional de renovables y la cuota de hidrógeno obtenido con combustibles fósiles (el hidrórgeno nuclear) representa como mucho el 23 % de todo el que se consume para 2030 o el 20 % en 2035.
Para el sector del transporte, el acuerdo establece la meta vinculante de reducir un 14,5 % la intensidad de gases de efecto invernadero para 2030 o de alcanzar al menos una cuota de renovables en el consumo final de energía del sector del 29 % en ese mismo año.
Dentro de este apartado las dos instituciones han incluido un objetivo secundario del 5,5 % para la integración de biocomustibles y combustibles renovables de origen no biológico, como el hidrógeno.
El acuerdo también establece una meta, en este caso indicativa, para el sector de los edificios, la calefacción y la refrigeración, que tendrá que elevar hasta al menos el 49 % el uso de renovables en su consumo energético, con incrementos vinculantes cada año del 0,8 % a nivel nacional hasta 2026 y del 1,1 % desde ese año hasta 2030.
Por otro lado, los Estados miembros y la Eurocámara introducen cambios legislativos para agilizar los permisos a proyectos de energías renovables en las "zonas de aceleración de renovables" que identifiquen cada uno de los países dentro de sus territorios, en las que el proceso de autorización será simplificado.
Por otro lado, la Comisión Europea se declaró "agnóstica" respecto a la energía nuclear y quiere que el debate sobre la electricidad de origen atómico se base en datos y no en ideología, dijo el vicepresidente del Ejecutivo comunitario para el Pacto Verde, Frans Timmermans.
"Somos agnósticos en lo que se refiere a nuclear", declaró Timmermans en el marco de un debate en el foro sectorial Cumbre de la Energía Limpia celebrado en Bruselas.
El político neerlandés señaló que "la ventaja de la nuclear obviamente es que es limpia en términos de emisiones de CO2 pero también tiene un par de desventajas, que ahora está descubriendo Francia".
"Calcula los costes y no olvides incluir dentro el precio de limpiar los residuos nucleares", agregó Timmermans, que pidió que el debate sobre el papel de esa fuente de energía en la descarbonización de la economía no sea ideológico, sino que se base en los datos.
Francia genera más del 70 % de su electricidad con energía nuclear, y proyecta aumentar su parque atómico y dedicar parte de esa nueva electricidad a producir hidrógeno.