CARTAGENA. La gran fiesta del Mediterráneo de Carthagineses y Romanos concluyó con el apagado del fuego sagrado y el castillo de fuegos artificiales. Los festeros escenificaron en el Auditorio Paco Martín del Parque Torres este ritual que cierra El año de la Esperanza de las fiestas históricas de Cartagena.
En el acto intervino la alcaldesa Noelia Arroyo, que aprovechó su intervención para agradecer en nombre del Ayuntamiento la responsabilidad y la resistencia de los festeros. "Gracias por no dar una batalla por perdida, por haber sido capaces de sobrevivir a un año de tregua con la misma ilusión. Y gracias por mantener viva esta fiesta contra viento, marea y pandemias", resaltó la regidora.
Como muestra de gratitud, Arroyo entregó a los festeros una acuarela del pintor de Blanca Pedro Cano. "Este artista universal ama la ciudad. Ha llevado la imagen de nuestro patrimonio por todo el mundo. Y ha querido que su obra pase a formar parte del patrimonio de la Federación de Tropas y Legiones, en agradecimiento a su esfuerzo por las fiestas", explicó la alcaldesa.
El momento del apagado de la llama corrió a cargo del alcalde de La Unión, Pedro López, ya que este municipio ha sido nombrado esta edición como festero honoris causa por Tropas y Legiones. Junto al regidor también participaron el presidente de la junta vecinal de La Puebla, Juan Manuel Ayaso, y el vicepresidente de las fiestas, Eduardo José Conesa. A continuación, el castillo de fuegos artificiales puso el broche a unas fiestas para la historia.