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incertidumbre en las reservas navideñas

Las casas rurales, ante la Navidad más incierta: "Hasta el último momento no sabemos qué va a suceder"

Varía el perfil de los visitantes: las familias ganan a los grupos de amigos

14/12/2020 - 

MURCIA. Hasta que no lo vean, no se lo creerán. Las casas rurales siguen sumidas en un clima de incertidumbre, marcado por la covid-19. Si bien siguen manteniendo el nivel de reservas, también es cierto que hasta el momento en que entren los clientes al hogar no queda por cerrado el trato. La pandemia y la inestabilidad que brinda el calendario hacen que el sector se acoja a unas confirmaciones que no quedan claras, lo que provoca que aún queden algunas casas libres que, en condiciones de normalidad, desde el mes de septiembre ya tendrían que estar ocupadas para las festividades.  

En una duda constante, las asociaciones de casas rurales avanzan hacia adelante desempeñando su labor en un camino del que no ven sus pisadas. "Estamos completos pero no se sabe si habrá anulaciones, es todo muy poco fiable", comentaba a Murcia Plaza Cristina Mata, presidenta de Atuvar. "La gente llama y pregunta pero se espera al final para reservar", añadía José Antonio García, en nombre de Almontur.

Los perfiles de usuarios que reservan también han cambiado. Este año, más familias tienen voluntad de reservar para Navidad que grupos de amigos. Los precios, sin embargo, no han sufrido cambios. "Lo único que hemos aplicado es que a menos plazas, menos precio", describe Lucía Sánchez, presidenta de Lorca Rural. El cierre perimetral y el aforo reducido ha dejado huella en el sector, que en algunos casos se ha visto obligado a reducir plazas.

"Nosotros tomamos la temperatura, seguimos un guion sobre qué cosas compartir en las casas rurales... un protocolo al fin y al cabo", expresaba José Antonio de Almontur. La pandemia ha afectado al sector que se mantiene en el nivel de reservas, pero con la preocupación añadida de las cancelaciones. "Todo es inseguro", refleja Cristina Mata, de Atuvar.

Pese a los esfuerzos del personal porque las vacaciones salgan adelante, apelan a la responsabilidad de los clientes. "Intentamos hacerlo lo mejor posible, pero si una persona de una casa rural va hacia otra no podemos controlar todos los aspectos", apuntaba José Antonio, de Almontur. Las casas rurales se aferran a un foco de esperanza que les hace seguir con vida, pero con temor a que ese foco se pueda descolgar.

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