Cien toneladas de materia orgánica triturada se utilizan como abono para aportar nutrientes a los espacios verdes
MURCIA. Quién no recuerda la imagen de miles de cañas atrapadas en los puentes del Segura o el Reguerón durante la pasada DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) de mediados de septiembre. Esa acumulación vegetal, también conocida como 'baldomera', a punto estuvo de dar un buen susto, ya que podía haber colapsado el río, que se podría haber desbordado. Los servicios municipales actuaron rápido y retiraron centenares de toneladas de esas cañas, que ahora van a servir para dar más vida a las zonas verdes de parques y jardines del municipio.
La Alameda del Malecón, el jardín de Floridablanca, La Seda o el palmeral de Santiago y Zaraíche. Estas zonas verdes del municipio de Murcia son algunas en las que se ha esparcido el ‘mulching’ (un triturado vegetal que procede de las cañas y que aporta nutrientes y minerales a la vegetación), "que servirá como abono natural y permitirá ahorrar agua y frenar a las malas hierbas. Lo que conseguimos es que estos restos sean aprovechados para nuestros espacios verdes como elemento extra, potenciando así el ciclo verde de la naturaleza y apostando por la economía circular", explica el edil José Guillén.
En tres semanas se han diseminado cien toneladas de este compuesto, que forma una capa en la parte superior del suelo originada por la descomposición de materias orgánicas.
"De esta manera, lo que conseguimos es que estos restos sean aprovechados para nuestros espacios verdes como elemento extra, potenciando así el ciclo verde de la naturaleza", destacaba Guillén hace unos días.
Las ventajas de aplicar este 'mulching' son, entre otras, "el ahorro de agua, ya que los restos de caña crean una capa acolchada que retiene la humedad, lo que supone una mejora para el espacio donde se deposita. Se logra además una mejora estructural de los suelos al aportarles minerales y nutrientes que crean lo que se conoce como ‘abono verde".
También impide la aparición de malas hierbas al servir como barrera para que la germinación alcance la superficie del suelo y mejora el aspecto visual de las zonas verdes, que resultan más uniformes y estéticamente más agradables para los ciudadanos.
La utilización de los restos vegetales como compost orgánico es una actividad habitual para el mantenimiento de los espacios naturales para fomentar el ciclo ‘verde’ de la naturaleza. Así, se utilizan los restos de poda de ejemplares como moreras o palmeras, se trituran y se incorporan de nuevo al suelo, evitando empobrecimientos y manteniendo así sus nutrientes.