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barrios de murcia

Vanguardia y tradición conviven en Vistabella

La que fuera calificada “la más hermosa barriada de la nueva Murcia” se ha convertido en lugar de residencia de artistas y profesionales liberales, que conviven armoniosamente con los vecinos de toda la vida. Cultura, vida social y compromiso con el medio ambiente se dan cita en este pequeño oasis urbanístico de 10 hectáreas

17/11/2019 - 

MURCIA. Bajo la tranquila apariencia de un barrio concebido como ciudad jardín a finales de los años 40 para ex militares y viudas de guerra, Vistabella ha experimentado durante los últimos años una profunda transformación. Más interna que en apariencia. Detrás de las fachadas de casas bajas y edificios que no superan las tres o cuatro plantas, en los que se ha conservado la estética tradicionalista, se ocultan viviendas reformadas que son un exponente del trabajo más puntero de arquitectos e interioristas. 

Por fuera Vistabella es una especie de pueblo dentro de Murcia, donde sus vecinos y visitantes pueden disfrutar de los espacios públicos, una cuidada jardinería y una arquitectura en la que abunda los tonos ocres, los arcos y los patios interiores. Por dentro, se encuentras los espacios que han elegido para habitar numerosos artistas, músicos, arquitectos, diseñadores, fotógrafos, actores,… Una población “alternativa” que convive armoniosamente con los vecinos de toda la vida de un barrio que destaca por su actividad social y cultural, su carácter reivindicativo y su compromiso con el medio ambiente.

“Aquí hay un vecindario especial, una mezcla muy interesante entre la gente del barrio y las nuevas generaciones que han llegado atraídos por la calidad de vida, su urbanismo, que es muy recogido, el arbolado, la tranquilidad, las actividades que se organizan,… Es cierto que muchos de estos nuevos inquilinos pertenecen al mundo del arte, el diseño y otras profesiones liberales, lo que ha hecho que algunos hablen del soho murciano”, comenta Nacho Álvarez-Castellanos, el presidente de la activísima Asociación de Vecinos de Vistabella, la más antigua registrada en la ciudad de Murcia.

Interior de una vivienda de Vistabella. Foto: DAVID DE FLORES

Algunos vecinos nos cuentan que, si uno da un paseo por Vistabella -y aprovecha para pedir una tapa de bacalao en el mítico restaurante El Jumillano o disfruta de una caña en la peña de la Plaza de los Patos-, puede que se encuentre con alguna de las hermanas de la firma de moda Titis Clothing; con Pilar Larrotcha, creativa de Paparajote Factory; con pintores como Antonio Ballester o Lucas Brox; con componentes de los grupos Bosco, Lebowsky, Garaje Florida o Galleta Piluda, además de otros músicos como Ángel Calvo, Juan Antonio Ros o Alfonso Alfonso. También son vecinos de la zona, por ejemplo, el fotógrafo Chema Conesa, el actor Javier Mula o la bailarina de danza oriental Silvia Riquelme, entre otros.

Entre esos inquilinos recientes se encuentran Silvia Marte y David de Flores, quienes después de dos años viviendo en el barrio decidieron hace uno trasladar a la calle Luis Fontes Pagán La Cámara Roja, que conciben como “la casa de la fotografía”. Allí, en una vivienda baja reformada, ofrecen servicios fotográficos para particulares y empresas, acogen una escuela de fotografía y son un laboratorio donde los autores pueden imprimir su obra en papel con la máxima calidad, ya que están especializados en impresión fine art. “Hemos hecho una reforma que hace posible que en cada estancia puedas experimentar con la fotografía de una forma diferente”, cuenta Silvia, quien añade que también funcionan como galería para mostrar su propio trabajo y el de otros autores.

“Nos han acogido muy bien en el barrio; éste es uno de esos sitios donde la palabra vecino adquiere una connotación positiva y donde se crean lazos amistosos”, explica esta profesional de la fotografía, quien también destaca “el movimiento social y cultural tan interesante” que se desarrolla en Vistabella, un lugar donde “se vive muy bien”. Además, La Cámara Roja interactúa con frecuencia con el vecindario, organizando actividades como la del #Fotomaratonvistabellero (en colaboración con la Asociación de Vecinos).

David de Flores y Silvia Marte, en La Cámara Roja    

Patios interiores que recuerdan a Roma o Turín

Muy cerca de La Cámara Roja, se encuentra el estudio taller de diseño, ilustración y rotulación tradicional Chiribiri, donde Mati realiza sus proyectos artísticos personales desde 2014 y en donde además organiza exposiciones de ilustración que inaugura con pequeños conciertos acústicos. Mati se encuentra a gusto en un barrio, “puede que el más bonito de Murcia”, que le recuerda, con sus patios y arbolado, a lugares de Roma y Turín donde estuvo viviendo un tiempo. También se muestra satisfecha con el funcionamiento de su estudio. “Tengo mucho trabajo y eso mola. No tengo demasiada competencia porque trabajo para pequeños comercios mientras que los estudios grandes buscan clientes mayores. A mí eso no me preocupa”, asegura esta creativa murciana.

En la misma calle, ha empezado a funcionar desde hace poco más de un mes un nuevo negocio, El templo de Ganesha, donde se pueden encontrar distintos objetos de artesanía realizados en India, Indonesia, Tailandia, Nepal o Turquía. Su dueño, Fran, es sobradamente conocido en el barrio, ya que ha regentado en ese mismo local un negocio de prensa durante más de 25 años. Su familia es de Vistabella de toda la vida. De hecho, en su tienda, llena de colorido y fantasía, ocupa un lugar destacado una silla de barbero que perteneció a su abuelo, quien regentó una barbería justamente al lado, donde ahora está la tapería La Recarga. “Aún conserva la puerta original de entonces”, señala Fran.

“Este es uno de los mejores barrios de Murcia. Es céntrico, tiene hospital, mercado, colegio y está bien comunicado”, asegura orgulloso Pedro, uno de los camareros de El Jumillano, restaurante que abrió en Vistabella en 1953. También puede presumir de solera el bar 5 Hermanos, que lleva abierto 36 años, y donde María, hija del dueño, comenta que acude tanto gente joven como vecinos de toda la vida.

Pedro, de 'El Jumillano', está orgulloso de ser del barrio

Posibilidades arquitectónicas

 Vistabella estuvo concebido como un espacio arquitectónico de 10 hectáreas, con unas singularidades estéticas y unas calidades en sus construcciones que han perdurado a lo largo de los años. Quizá por ello sea una barriada que los arquitectos miran con otros ojos, admirando el trabajo bien hecho y descubriendo al mismo tiempo nuevas posibilidades. No en vano, en el barrio se encuentra el estudio Blancafort+Reus, fundado y dirigido por Jaume Blancafort y Patricia Reus; y el estudio Xpiral, de Javier Peña. También trabajan en esta zona arquitectos como Lola Jiménez, Ginés Sabater y Armando Cano, entre otros.

Quizá una de las personas que mejor conozca la arquitectura de Vistabella sea Patricia Reus, quien escribió su tesis doctoral sobre este barrio que, según recuerda, “supuso una grandísima inversión para el Ayuntamiento de Murcia en un momento muy delicado para la economía”. “Querían que la barriada se identificase con el centro de Murcia”, explica. Para ello, y siguiendo una decoración tradicionalista, se incorporaron ventanas ovaladas como las que tenían los palacios murcianos, arcos rebajados con clave resaltada como el de Santa Isabel, así como otros elementos neoclásicos y neobarrocos propios de la ciudad. No hay que olvidar que Vistabella estaba destinada en un principio a las familias más próximas al Régimen, funcionarios, militares y policías, principalmente.

Los jardines fueron diseñados por Ramón Ortiz    

Otro punto y aparte fue el diseño de los jardines, para lo cual se llamó nada menos que al jardinero de los Jardines Reales de Madrid, Ramón Ortiz. “Venían hasta de fuera de la Región a verlos”, cuentan los más mayores. Hoy en día siguen siendo un orgullo para los vecinos, que pueden disfrutar de la belleza de un ginko biloba, un árbol japonés poco común por estos lares. Igualmente, es emblemática la farola de Santa Catalina, que se quitó de la plaza murciana que lleva su nombre y se colocó en la Plaza de los Patos.

Patricia Reus demostró en su investigación que la arquitectura original y los valores fundamentales de estas edificaciones han permitido realizar reformas muy atractivas “para unos nuevos habitantes que han reforzado la identidad del barrio, dando paso a un proceso de transición demográfica pacífica, más sociocultural que económica y, sobre todo, no ligada irremediablemente a la expulsión de la población original sino a la convivencia”.

En este sentido, esta arquitecta comenta que su estudio ha realizado tres o cuatro intervenciones en el barrio. Han partido de la base de que los edificios contaban con buenas condiciones de salubridad e higiene, con doble ventilación y dos o tres fachadas al exterior. En ocasiones, con sólo abrir la distribución para crear espacios más abiertos se ha conseguido un efecto muy “resultón”. En las últimas plantas, que cuentan con cubiertas a dos aguas y falso techo, se puede añadir un espacio de más de dos metros que baja de forma abuhardillada, pudiéndose optar por tener dos alturas en la vivienda o techos muy altos e inclinados. En cualquier caso, el resultado es que se obtiene un espacio muy contemporáneo, diáfano y con muchas posibilidades para las familias.

Uno de los patios interiores Otra curiosidad del barrio es que antiguamente la función de mercado se trasladó a los bajos comerciales que daban al patio. Los nombres de aquellos comercios han sido recuperados por la Asociación de Vecino para sus locales: La Pescadería, La Verdulería y La Carnicería. En ellos, se realizan talleres de teatro, danza, chi kung, yoga o cante flamenco, entre otros; reuniones de vecinos como el del Círculo de Mujeres y se organizan charlas, entre otras actividades. Además, la Asociación de Vecinos organiza un mercadillo de segunda mano dos veces al año y colabora en otros muchos eventos que tienen lugar en el barrio. La Federación de Montañismo de la Región de Murcia también tiene su sede en Vistabella.

El presidente de la AAVV, Nacho Álvarez-Castellanos, manifiesta orgulloso que Vistabella es una barrio probici, ya que no sólo organizan un taller de reparación de bicicletas, sino que además reivindican nuevos carriles y participan en las “bicifestaciones”. Es por ello, que han sido galardonados con el Premio Ring Ring que otorga la Asociación Murcia en Bici. No es el único aspecto cañero de este barrio, que luchó con uñas y dientes en el pasado para que no construyeran un aparcamiento subterráneo. También a través de las redes los vecinos denuncian las deficiencias del barrio o apoyan distintas causas, como recientemente la recogida de ayudas para afectados de las riadas.

Además, en sus muy participativas redes sociales, la Asociación de Vecinos recuerda a sus miles de seguidores –porque no hay que olvidar que ser del barrio es una seña de identidad que se lleva con orgullo– otra faceta importante del barrio: “Vistabella es mujer”.

Las bicicletas están muy presentes en Vistabella   

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