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Las cafeterías, al borde del precipicio: "O suben los ingresos en septiembre o tendremos que echar la persiana"

27/08/2020 - 

MURCIA. Sobrevivir a las limitaciones, a las nuevas medidas para poder abrir en verano pese a la pandemia y, en especial, el miedo de los clientes está siendo un reto cada vez más difícil de superar para las cafeterías murcianas. Son muchos los motivos que han llevado a la reducción de clientes de este sector, que está pudiendo resistir gracias a la ayuda de los clientes habituales, pero aseguran que "los establecimientos no podrían aguantar un año así".

Un claro ejemplo de esta situación adversa es el cierre del popular bar- cafetería El Bosque Animado, que ha amanecido este miércoles con el cartel de 'Se vende' alojado en su fachada. A modo de crítica, la empresa ha añadido en el anuncio 'Razón: la Comunidad', por lo que dan a entender que la culpa de tener que echar la persiana es del Gobierno regional y las medidas de separación, de aforo permitido y de restricción de horario para estos locales.

Esta crítica directa a la administración llega en un momento convulso en el que la segunda ola ha llegado a Murcia con fuerza y las medidas son cada vez más restrictivas. En consecuencia, el ejecutivo regional se sitúa como principal señalado por algunos hosteleros, que han pedido la dimisión del consejero de Sanidad, Manuel Villegas, por no haber sido capaz de contener la pandemia.

Otros locales, favorables a las medidas 

Por otro lado, en el café-bar Aduana valoran con más optimismo las medidas planteadas por la Comunidad y aseguran que las limitaciones de aforo es algo "se puede controlar", pero que lo que realmente amenaza el negocio es el miedo de los clientes.

En este establecimiento del centro de Murcia se muestran especialmente preocupados por cómo pueda afectar al negocio la limitación de reuniones a seis personas, así como el cierre de los bares de copas y las discotecas, que “también pasa factura”. En concreto, explican que no poder acudir un grupo de amigos entero o perder la posibilidad de ir a otro sitio a continuar la noche hace que muchos clientes potenciales dejen de acudir. “Esto es un problema, pues las horas en las que más facturamos es entre las once y las doce de la noche”, señalan desde el bar.

"SIEMPRE SERÁ MEJOR FACTURAR EL 50% QUE FACTURAR CERO"

No obstante, se muestran favorables a mantener las medidas de seguridad e higiene que sean necesarias para evitar contagios ya que “si las normas se cumplen en todos los sitios la gente se animará a salir, es importante que se sientan seguros”.

Asimismo, señalan que una regulación que permita ejercer la actividad es lo más importante en esta situación, pero no apoyan las medidas de cierre de establecimientos porque apoyan una solución que busque consensuar las normas de higiene, no el parón del local. “Siempre será mejor facturar el 50% que el cero”, sentencian.

En cuanto a los beneficios, esta cafetería asegura que está funcionando a la mitad de lo que deberían, “si a las once de la mañana un día normal hemos servido 150 o 200 cafés, ahora ponemos 70”. Esto se debe al miedo de las personas a acudir a los locales y a las medidas restrictivas, pero no son el único motivo, pues la economía de muchas familias se ha visto resentida desde el inicio de la pandemia. 

Además, durante el verano siempre hay menos gente en la ciudad de Murcia, por lo que los comercios que permanecen abiertos ven resentidos sus ingresos.
“Estamos aguantando con la esperanza de que esto mejore, porque no podremos aguantar un año en estas condiciones”, reconocen desde el local. “Si seguimos con este nivel de ingresos en septiembre diría que tendremos que echar la persiana”.

¿El final de una de las cafeterías más longevas? 

La situación económica tampoco se presenta favorable para el mítico café-bar Río. Con más de 60 años abierto se ha establecido como uno de los locales más longevos del centro de Murcia, aunque no se muestra confiado en alcanzar la séptima década.

Desde este establecimiento aseguran que “la cosa está muy ‘flojica’ porque se nota mucho el miedo”, y aseguran que hay mucha menos clientela para el mismo trabajo. “Los gastos, los problemas y los impuestos son los mismos, pero los ingresos son mucho menores", reconocen en local. En concreto, están facturando al 50% de lo que solían hacerlo.

En cuanto a las medidas de seguridad e higiene, el local ha seguido adelante sin muchos problemas porque no se ve especialmente afectado por las restricciones. Esto se debe al tipo de clientes que acoge, ya que no suelen venir grupos de más de seis personas ni es el lugar elegido para tomar una cerveza antes de salir de fiesta. No obstante, el miedo de los posibles clientes sí ha supuesto un antes y un después, ya que el motivo por el que no se han visto afectados por el límite de aforo es que no están tan llenos desde antes de la cuarentena.

En consecuencia, el dueño de la cafetería asegura que no sabe “hasta donde va a poder llegar” si no mejora la situación. Hasta el momento, el apoyo de los clientes habituales ha sido indispensable para permanecer con la persiana subida, pero no se muestra optimista de cara a un futuro.

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