MADRID (EFECOM). La confianza del consumidor ha vuelto a subir en mayo por segundo mes consecutivo, debido principalmente a la evolución positiva de sus dos variables: la valoración de la situación actual y también de las expectativas de futuro.
Según el índice mensual del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), el indicador ha subido 8,5 puntos respecto a abril, hasta 81,5 puntos, el nivel más alto desde febrero de 2022 (antes de que Rusia invadiera Ucrania), pero todavía por debajo de los 100 puntos que marcan el inicio de la percepción positiva de los consumidores.
Este aumento del índice se debe a la mejora de sus dos componentes: la valoración de la situación actual, que ha subido 8,7 puntos respecto a abril, y la valoración de las expectativas de futuro, que se ha incrementado en 8,4 puntos en el último mes.
Dentro del índice de situación actual, suben sus tres componentes: 12,6 puntos la valoración de la situación económica actual; 5,5 puntos la situación de los hogares, y 8,1 puntos la del mercado de trabajo.
Respecto a las variables del índice de expectativas, la valoración de la evolución de la economía en el futuro inmediato sube 10,3 puntos; la del futuro del mercado de trabajo, 10,7 puntos; y la valoración de la futura situación de los hogares, 4,1 puntos, alcanzando los 100.
Como información adicional al ICC, el CIS indica que la evolución de las expectativas en relación con los precios, los tipos de interés, las posibilidades de ahorro de los hogares y la compra de bienes duraderos muestra "un desarrollo coherente con las pautas y los datos de los índices".
En este sentido, se observa un aumento en las expectativas de ahorro (1,3 puntos más respecto a abril) y de las expectativas de consumo (2,9 puntos más), mientras que disminuyen 14,1 puntos los temores de inflación y las expectativas sobre un futuro aumento de los tipos de interés bajan 1,5 puntos.
La encuesta del CIS está hecha sobre una muestra de 2.838 entrevistas telefónicas realizadas del 12 al 23 de mayo de 2023, en la fase de nueva normalidad y con unas expectativas que siguen condicionadas por el clima de incertidumbre existente.