con las gafas de cerca / OPINIÓN

La vida sigue igual

Foto: JESÚS HELLÍN (EP)
8/09/2023 - 

MURCIA. De vuelta de vacaciones me traigo dos reflexiones importantes:

  • La primera es la sugerencia de que no digan muy alto lo que piensan sobre Vladímir Putin o Serguéi Shoigú, sobre todo si es malo y tienen un viaje en ciernes. Con lo poco empáticos que parecen, en la dialéctica son altamente persuasivos.
  • La segunda es el gran hito que ha alcanzado la selección femenina de fútbol ganando el Mundial disputado este mes pasado. A la hazaña deportiva se une un marcado mensaje que apuntala la tendencia a romper estereotipos pasados. Aunque no lo perciban, España ha ganado un Mundial de fútbol. Ni más ni menos.

Del resto, entre el hastío y la despreocupación, propias de una época de asueto, playa y familia y amigos.

Los resultados de las elecciones y las consecuencias que conllevan las he vivido con bastante indiferencia. Más por el tono de los actores que por la importancia de sus dichos y hechos. Y la indiferencia no es lo mismo que la despreocupación.

"es más factible que haya repetición electoral a que pacten una agenda reformista"

Si contemplamos las votaciones al Congreso que hemos tenido desde 2004 a 2023, el porcentaje medio de votante de las opciones moderadas (PP, PSOE, UPyD y Cs) es de casi el 71% de los votos a candidaturas. Bien es cierto que en las votaciones anteriores al 2015 el porcentaje era del 82% y desde 2015 en adelante cercano al 64%. Por supuesto, hay otras opciones moderadas dentro del espectro regionalista, pero no las tengo en cuenta por ser poco representativas y por no desviar la atención. La coincidencia en los asuntos más relevantes para el país o en la importancia de los mismos para la necesidad de un acuerdo es muy superior entre el PP y PSOE que entre ellos y sus respectivos compañeros de bloques.

Pese a todos los esfuerzos que realiza Puigdemont para juntar a estos dos partidos, es más factible que haya repetición electoral a que pacten una agenda reformista, con calado a largo plazo y que suponga un verdadero cambio estructural.

¿Cuántas páginas podríamos rellenar enumerando los pactos a los que necesitamos llegar en este país con un consenso amplio y moderado que garantice su perduración en los próximos años con independencia de quién esté en el Gobierno?

Solo desde una visión de estrategia de partido se entiende que PP y PSOE mantengan y propicien los bloques cerrados. Solo así se entiende que el PP espoleé a Podemos e independentistas y PSOE a Vox y que se señalen mutuamente la identificación con sus extremos. Son estos dos partidos los máximos responsables de la polarización y enfrentamiento que nos rodea en los asuntos políticos. Si no se ponen de acuerdo para lo que realmente necesita España es exclusivamente porque no les da la gana. Porque confían en que la pervivencia de sus siglas se consolida mejor en esta polaridad que en el ejercicio de un servicio público generoso y comprometido.

Me sienta mal que una de las conclusiones que han aparecido en las últimas elecciones sea que los partidos nuevos han venido a enmarañar y a dificultar la gobernanza de los partidos tradicionales. No lo veo así. Falla la capacidad de diálogo, la lealtad, la ceguera del corto plazo y los liderazgos psicópatas. No veo el problema en abrir el espectro de opiniones o tendencias. Y además es muy peligroso hacer esta apología del buen gobierno con mayorías absolutas. De ahí a justificar que con un dictador vivimos más seguros y el gobierno es más eficiente queda solo un pequeño paso.

Tampoco comparto los que justifican cambios en leyes electorales (e incluso en ilegalización de partidos) para que no salgan determinadas corrientes poco deseadas. No seré yo quien defienda planteamientos separatistas, radicales o que justifiquen actuaciones delictivas. Pero no puedo callar a los que sí la defienden. El problema no es su presencia. El verdadero problema es que ese espectro moderado no se ponga de acuerdo y se vea forzado a acudir a ellos para desarrollar sus políticas. Mientras España mantenga esos porcentajes entre un 60 y 70% de votos a partidos nacionales moderados, la presencia de porcentajes inferiores al 10% de partidos independentistas o "poco preocupados por el bien común" (donde incluyo CUP, Bildu, ERC, BNG, Junts, PNV) no debería ser ninguna amenaza.

Como decía al principio, con este panorama, quién conseguirá la investidura o si habrá nuevas elecciones me resulta bastante ajeno. Nuestra desgracia es que será un bloque u otro, con los defectos y falta de profundidad en los problemas que conlleva.

Desde mi orfandad política, lamento profundamente dónde nos llevan los partidos que deberían tener visión de Estado y que deberían representar al progreso que la amplia mayoría de españoles queremos.

Julio Iglesias ya lo veía venir allá por el año 1969, cuando sacó su primer LP Yo canto que incluía la canción La vida sigue igual. Su estribillo viene a cuento: "Y al final, las obras quedan, las gentes se van. Otros que vienen las continuarán. La vida sigue igual".

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