CARTAGENA. La colaboración entre la medicina y la tecnología es una relación que, con el paso de los años y el avance en ambos campos, va cobrando fuerza. Así, la UPCT ha vuelto a poner al servicio de la medicina su músculo investigador y, junto al hospital Reina Sofía de Murcia, han creado un prototipo tecnológico para tratar los Vértigos Posicionales Paroxísticos Benignos (VPPB), una patología crónica causada "por el desplazamiento de cristales otoconiales (cristales de carbonato de Ca incluidos normalmente en el sáculo y el utrículo) dentro de los canales semicirculares del oído interno. Estos cristales desplazados producen un síndrome vestibular de breve duración, generalmente inferior a un minuto. Los pacientes relatan el VPPB como un ataque de vértigo rotatorio de unos segundos de duración, precipitado por ciertos movimientos o cambios de posición de la cabeza. Las crisis de vértigo suelen ser de 10 a 30 segundos, aunque algunos la perciben durante más tiempo", afirma el centro universitario en un comunicado.
Para el diagnóstico y tratamiento de los VPPB, el facultativo tiene que ir probando una serie de maniobras posicionales distintas con el paciente tumbado en una camilla que no siempre son fáciles de recordar. El dispositivo se coloca en la cabeza del paciente y guía al médico mediante unas secuencias luminosas durante la ejecución de las distintas maniobras, que le indican cuál es la posición correcta, tanto para diagnosticar como para tratar al paciente de forma no invasiva. "Lo más complicado es plasmar los requisitos que te piden los médicos. La variabilidad de los pacientes es muy alta, no todos tienen la misma capacidad de girar el cuello, eso dificulta el proceso de creación de un prototipo. La propia tecnología está relativamente al alcance de la mano, no es tan complicada de obtener", señala Roque Torres, catedrático del área de Sistemas y Automática de la UPCT del dispositivo.
Como suele suceder, todo surge de una conversación casual. "Mi mujer es otorrina y un día me comentó las dificultades que tienen para colocar al paciente. Las maniobras para tratar este trastorno se ejecutan a menudo de forma incorrecta. Este prototipo pretende solventar estas situaciones", señala Torres. "Hay que destacar que el porcentaje de curación es más alto cuanto antes se instaure el tratamiento. Además de paliar cuanto antes los molestos síntomas al paciente y evitar la prescripción de medicamentos o la realización de otras técnicas invasivas más costosas, como el TAC, contar con este dispositivo en los centros de atención primaria y en los servicios de urgencias contribuirá a reducir, de forma significativa, las demoras en la derivación al especialista", afirma Emilio Saura, especialista en Otorrinolaringología del hospital general universitario Reina Sofía coinventor e impulsor del desarrollo del dispositivo.
El dispositivo funciona con baterías recargables y se maneja a través del bluetooth de cualquier dispositivo móvil, como un smartphone o una tablet. "El médico tiene plena libertad de movimiento a la hora de realizar las maniobras al paciente para curar o mitigar su patología", señala Roque Torres, catedrático del área de Sistemas y Automática de la UPCT del dispositivo. La app desarrollada para manejar el dispositivo facilita un guiado por símbolos y pantallas que simplifica la gestión de las maniobras que se tienen que realizar. Por tanto, es intuitivo y flexible. Se puede utilizar en el propio teléfono del médico que está realizando las maniobras, explica el investigador.
Pese a las aparentes diferencias, el catedrático del área de Sistemas y Automática de la UPCT del dispositivo afirma que la medicina y la ingeniería tienen más puntos en común de lo que parece. "Por comentar alguna diferencia, el ingeniero suele ser más exacto, mientras que el médico está más abierto a que dos casos similares no sean iguales. Porque una misma patología puede presentar síntomas diversos", señala Torres.
¿Cuándo estará este dispositivo usándose de forma habitual? "No depende de nosotros", afirma Torres. "Nosotros no fabricamos, nosotros diseñamos. Luego viene la fase en la que los laboratorios se interesan por el prototipo, realizan los ensayos clínicos pertinentes y lo validan. Esperamos que el prototipo llegue a un buen fin".