La soberanía energética es el mejor ahorro

MURCIA. La reducción del suministro de gas y petróleo ruso a los países centroeuropeos y bálticos está sumergiendo a la UE en una crisis sin precedentes. El paulatino desabastecimiento energético ha obligado a la UE a plantear restricciones en el consumo eléctrico, ya que una buena parte de la producción eléctrica e industrial está asociada al consumo de gas.

La estrategia europea para la descarbonización está sujeta a revisión debido a la fuerte dependencia del gas ruso. Alemania, obviando los postulados ecologistas, ha optado por recuperar las centrales térmicas con carbón y Francia prevé continuar la construcción de nuevas centrales nucleares para alcanzar su independencia energética.

España, que importa casi el 68% de la energía que consume, mantiene su política de desmantelamiento de centrales térmicas y la parada de las nucleares lo que implica el uso de centrales de ciclo combinado que utilizan gas natural que no tenemos, lo que nos sitúa en una dependencia total del exterior.

"Más allá de la anécdota de las corbatas, está la oportunidad de cambiar la política energética española"

La política climática española impide utilizar los recursos naturales de los que disponemos. Se prefiere comprar gas natural de otros países aunque se obtenga por fracking, que utilizar esta técnica en nuestro país que podría garantizar durante 40 años el consumo actual y si se eliminaran los ciclos combinados del mix eléctrico se podría llegar a asegurar hasta 80 años.

El sistema eléctrico español puede reducir las compras de gas natural y producir la energía suficiente con un mix adecuado de renovables, hidráulica y nuclear, para lo que sería necesario incrementar la producción de energías renovables (eólica y solar) y su capacidad de almacenamiento mediante la construcción de centrales hidráulicas reversibles.

Los actuales ciclos combinados podrían ser sustituidos (y comprar menos gas natural) por el incremento de la capacidad de almacenamiento de energías renovables y la implantación de grupos de 1000 MW de potencia nuclear en los mismos emplazamientos que las centrales nucleares existentes.

Sin embargo, la producción de energía eléctrica renovable a corto plazo no es posible sin modificar la compleja y lenta tramitación administrativa. Las autorizaciones de instalaciones fotovoltaicas en suelo tardan entre 2 y 4 años frente a una fase de construcción de 6-8 meses. Las duplicidades administrativas, competencias autonómicas, locales y nacionales y la falta de coordinación y especialización impiden el desarrollo de las energías renovables en un país especialmente dotado para su implantación

Frente a la crisis de suministro energético en lugar de proponer una estrategia de autonomía energética que permita reducir al máximo posible la dependencia exterior, se ha optado por continuar la transición ecológica prevista e imponer restricciones sobre temperaturas del aire acondicionado o de alumbrado comercial y público que están siendo muy contestadas en términos competenciales y de eficacia.

Se proponen temperaturas máximas y mínimas de aire acondicionado y un estricto horario de apagado de comercios y monumentos que indudablemente afectan tanto a la salud laboral de los trabajadores como a la propia actividad económica que genera empleo y progreso.

La terrible crisis económica de 2007 ya obligó a reducir el consumo eléctrico público por la caída de ingresos. El ayuntamiento de Murcia implantó medidas de ahorro y eficiencia energética sustituyendo luminarias por leds y bajo consumo y el encendido alternativo de luminarias, consiguiendo disminuir el consumo y su coste sin poner en riesgo la seguridad de las personas y la capacidad atractiva de la ciudad iluminada.

Más allá de la anécdota de las corbatas, se tiene la oportunidad de cambiar la política energética española para contribuir a solucionar la crisis de la UE y alcanzar la soberanía energética que asegure el progreso socioeconómico de nuestro país de forma sostenible. Es cuestión de decisión y voluntad.

Miguel Ángel Cámara Botía

Catedrático de Química Agrícola

Director Cátedra de Ecoeficiencia Hídrica

Universidad de Murcia