Foto: CIUDADANOSMURCIA. "La libertad se aprende ejerciéndola". Es uno de los mantras que no me canso escuchar y repetir. Se lo debemos a Clara Campoamor, una mujer que tuvo que pagar caro mantener sus criterios en la política española de principios del siglo XX.
El panorama actual es muy diferente, pero no por ello debemos dar por sentado que los derechos conseguidos van a estar ahí por siempre. La desafección hacia la política que recogen encuestas, la indiferencia ante cuestiones ideológicas y, sobre todo, los altos índices de abstención en cualquier convocatoria electoral son una muestra de que la democracia como sistema de representación, con lo que se espera de ella, es cada vez menos valorado por los ciudadanos.
Se espera poco de los políticos. Se perdona la corrupción, los escándalos, la falta de transparencia y hasta la compraventa de unos principios por un puestecico; que va desde que te ofrezcan ser pedáneo en tu pueblo, a ser un presidente de Asamblea neutral y apolítico o una vicepresidenta florero. Como si los principios y los compromisos fueran artículos de lujo en la política y no condiciones imprescindibles.
Para mí, esa indiferencia y esos cambios de chaqueta al por mayor son una lenta y triste pérdida de la libertad que nos brinda nuestra Constitución de 1978. Todos tenemos en nuestra mano defender nuestras ideas, apostar por otra forma de hacer política, exigir responsabilidades a quienes nos gobiernan, participar de manera activa en política o simplemente votar. Votar, nada más y nada menos.
En Detroit, Rosa Parks se mantuvo en un asiento para blancos en el autobús en lugar de uno en la zona trasera para gente de color. Era 1955 y con ese gesto prendió la llama de la lucha por los Derechos Civiles en América. El pasado viernes en Murcia, donde útilmente todo pasa, en el disputandum interruptus de la televisión pública pudimos ver a Mª José Ros, una mujer valiente que plantó cara al todo vale, con honestidad y contundencia. Con ella, la resistencia naranja al bipartidismo: todo el equipo Ciudadanos Región de Murcia que lucha con convicción por mantener la única opción liberal y progresista. Una resistencia de la que me considero parte y con la que he vivido historias inimaginables.
De esa resistencia naranja que a día de hoy es la única capaz de evitar que las políticas murcianas las decidan los extremos. Solo me cabe esperar que, el próximo domingo en las elecciones, los ciudadanos y ciudadanas cansados de que decidan los de siempre ejerzan su libertad votando. Porque hoy, en España, quien no se conforma puede ejercer ese derecho. Para que nadie decida por ti, por los tuyos: libérate y vota.
Mª Raquel Sánchez Ruiz
Nº3 a la Asamblea Regional por Ciudadanos
