MURCIA. Solo hay que poder imaginarlo para poder recrearlo. Casi como si fuera una tecnología de ciencia ficción, la impresión 3D consigue materializar con gran exactitud casi cualquier forma que se pueda moldear a través de un ordenador. Esta habilidad aún por descubrir para muchos, está comenzando a ser cada vez más protagonista en sectores como la industria o la medicina de la Región de Murcia.
Al fin y al cabo, estas actividades son aquellas que mejor pueden aprovechar la capacidad para adaptarse específicamente a las necesidades de cada momento, ya sea fabricando un recambio para una máquina concreta o adaptando tratamientos a la anatomía de cada paciente.
Por ejemplo, resulta posible escanear un brazo para crear un modelo 3D a partir del cual fabricar un férula especialmente diseñada para ese paciente, con las ventajas que eso implica sobre la tradicional escayola.
"La funcionalidad de este negocio es una apuesta que será muy rentable a largo plazo"
Asimismo, la posibilidad de imprimir los objetos en diversos materiales le aporta a este método una capacidad de adaptación cada vez más valorada por empresas como Seat, Mercedes o Navantia. En concreto, se puede fabricar en ABS (plástico), fibra de carbono o nylon, entre otros. Por tanto, incluso el mundo del arte está comenzando a endulzar la mirada ante esta tecnología.
Así pues, cada vez más proyectos nacen en la Región con la intención de sacarle el máximo partido a un activo "en alza", según indica el creador de la startup Tecnologyk 3D, Roberto Lifante: "La funcionalidad de este negocio es una apuesta que será muy rentable a largo plazo. El crecimiento es exponencial".
En específico, esta empresa dedicada a la fabricación y comercialización de las impresoras 3D destaca la buena predisposición que tienen la industria y el sector médico para adquirir su producto, lo que ha provocado que su cifra de negocio pase de los 100.000 ingresados el pasado 2020 a los 600.000 que han facturado en lo que va de año. De acuerdo con sus planes, pretenden cerrar el 2021 con una facturación de 1 millón de euros.
Aunque el 80% del negocio de esta empresa radica en la venta de las impresoras, también hay un 20% que corresponde a encargos personalizados que hacen clientes particulares: "El último que vino quería un recambio para arreglar su ducha y se ahorró tener que comprar una nueva", indica Lifante.
Otro punto a destacar de esta tecnología es la capacidad de crear desde juguetes hasta copias de llaves en la comodidad del hogar con una impresora propia. Al fin y al cabo, solo se requiere una inversión inicial y la capacidad de modelar en ordenador para pasar a ser uno de los llamados "makers".
Aunque Lifante asegura que estos entusiastas de la fabricación 3D apenas corresponden al 5% de la facturación de Tecnologyk, no deja de ser una tendencia que bien podría aumentar de forma considerable en los próximos años.
La capacidad de las impresoras 3D de dar vida a los objetos virtuales nace de derretir un filamento, el material de fabricación de la pieza, y de solidificarlo de nuevo para crear el objeto.
