Fábrica de Mahe. Foto: MAHE.MURCIA. Los concursos de acreedores siguen estando en el imaginario colectivo representados de igual forma que la parca, salvo que sin capucha y guadaña. No obstante, no todas las empresas que inician este proceso lo abandonan con una liquidación, sino que también existen ejemplos de compañías que han logrado poner en orden sus deudas y continuar con la actividad, como es el caso de la murciana Mahe Gestión de Residuos.
Esta firma, nacida en 2015, está especializada en la producción de materias primas a través de productos reciclados, especialmente en aquellos derivados del plomo y del plástico. Esta compañía encontró en 2020 un obstáculo que no entraba en sus cálculos, pues la pandemia les obligó a reducir considerablemente la actividad. En consecuencia, en 2021 se vieron abocados a entrar en concurso de acreedores.
"Nuestro sector es deficitario, hay más demanda que oferta, así que hicimos una inversión de 1,5 millones de euros para potenciar el negocio, y cuando terminamos de instalar la maquinaria llegó la covid. Nos encontramos con que todas las fábricas del sector del automóvil, que son nuestros principales clientes, paralizaron la producción, por lo que nosotros tuvimos que reducir también la actividad y empezamos a tener problemas de pago", explica Carlos Valero, consultor vinculado a Mahe, en conversaciones con Murcia Plaza.
Desde ese momento, la empresa ha buscado la forma de mantener en marcha el proyecto, para lo que ha elaborado un plan de viabilidad que obtuviera la confianza de sus proveedores, que cumplían también el papel de acreedores.
"Cuando presentas el plan de viabilidad tiene que ser muy ajustado a la realidad porque si no el juez no te lo admite. Por eso conseguimos que fueran los propios proveedores los que nos apoyaron. Creíamos en un proyecto que era viable", relata a este medio Rocío Comuñas, quien se encargó de la dirección letrada durante este proceso.
Tras tres años de negociaciones y reuniones, llegó el momento culminante en el que Mahe necesitaba conseguir el apoyo del 65% de los miembros de la junta de acreedores, lo que finalmente se consiguió con el voto a favor de la mayoría de asistentes a excepción de los bancos: "Teníamos el temor de que la gente se retractase, pero nadie lo hizo", confiesa la abogada.
De hecho, esta junta de acreedores contó con el respaldo del Instituto de Fomento (Info), con quien también había contraído deudas esta empresa de gestión de residuos. Cabe resaltar que se trata de la primera vez que esta institución pública da su visto bueno en un proceso de estas características, pues nunca antes se había solicitado.
"Durante muchos meses previos a la junta fuimos trabajando para que los acreedores se posicionasen de nuestro lado y pudiésemos salir adelante. Recuerdo esos meses siendo muy duros", rememora Comuñas. Ahora, esta empresa ha alcanzado los 3 millones de facturación y ha recuperado la rentabilidad.
