MURCIA. La Región de Murcia vive una situación límite e insólita. No es una frase hecha. Al contrario: nunca antes se había soportado un ritmo de contagios desde que irrumpiera el coronavirus en tierras murcianas, un lejano ya 8 de marzo. Ni la primera ola ni en la segunda se registraron tantos casos activos: 13.203 murcianos soportan a día de hoy la enfermedad de la covid-19, según el último balance actualizado. El tope de la segunda ola se situó en 12.752 infectados, recontados el 12 de noviembre.
Este repunte, que esta vez ha sido vertiginoso, con un giro vertical de la curva en apenas tres semanas, se debe fundamentalmente a las relajaciones de la Navidad. Desde el inicio de las fechas navideñas, la Región se embarcó en una espiral de positivos: a cada día más contagios, hasta el punto de que las últimas jornadas se saldaban casi a récord diario. El pico máximo, hasta el momento, se alcanzó el pasado martes: 2.072 nuevos casos, suficientes para que el Gobierno regional se viera obligado a convocar una reunión de urgencia para endurecer las restricciones.
La incidencia, así las cosas, ha sobrepasado ya el umbral del millar de casos por cada 100.000 habitantes. Según el informe del Servicio de Epidemiología, la Región de Murcia soporta una tasa en 14 días de 1.041,2 infectados por cada 100.000 murcianos. El índice semanal de la Región, por su parte, se sitúa también en 752,9 casos por cada 100.0000.
Cabe destacar que el documento que elaboró el Comité de Seguimiento de la Covid para calibrar los riesgos de la transmisión del virus y, por tanto, para tomar medidas en función de su gravedad, recogía que un nivel extremo se da cuando hay una tasa de 14 días superior a 14 y una incidencia de 7 día superior a 250. Actualmente, hasta 38 localidades se colocan en riesgo extremo. A la cabeza de los municipios más azotados se encuentra Moratalla, con 2.092, seguido de Albudeite, con 2.039. Y hasta 16 poblaciones sufren una incidencia por encima de los 1.000.
Todos estos positivos provocan una secuencia tenebrosa de efectos: una parte de los contagios diarios se convertirán en hospitalizados, que, con el paso del tiempo, acabarán traduciéndose en nuevos enfermos críticos y, los peores casos, en defunciones. Por eso la situación es límite. "Es de extrema gravedad", precisa la doctora María Teresa Herranz, coordinadora covid en el Hospital Morales Meseguer, en declaraciones a Onda Regional. "Las ocupaciones están al máximo y muchos hospitales están derivando pacientes... Y todavía creemos que se ingrese el doble de las personas", teme.
Las UCI atienden ya a 98 pacientes covid. Es una ocupación del 81%, puesto que los hospitales públicos de la Región cuentan con 120 salas habilitadas para enfermos críticos. El Gobierno, no obstante, tiene previsto un plan para triplicar los espacios de Intensivos. Los hospitales, en total, acogen a 583 pacientes covid. Las operaciones no urgentes ya se han suspendido. La situación, en efecto, es límite e insólita. Y todavía puede ir a peor.