CARTAGENA. El pasado viernes se celebraba el Día Mundial del Reciclaje con el fin de concienciar a la población sobre la importancia de tratar los residuos como corresponden para su correcto tratamiento y recuperación. En un mundo con unos hábitos de consumo cada vez más impulsivos y una creciente mentalidad de “usar y tirar”, es fundamental impulsar la filosofía de las Tres Erres: Reducir, Reutilizar y Reciclar, siempre con el objetivo de alargar la vida útil de los objetos.
En esta tesitura, cobran especial importancia las iniciativas medioambientales de empresas y entidades municipales, quienes deben liderar la transición ecológica hacia una verdadera economía circular. En el camino hacia un mundo más medioambientalmente consciente se encuentra Lhicarsa, empresa participada por el Ayuntamiento de Cartagena y FCC Medio Ambiente, presente en la ciudad desde 1995, que presta los servicios de recogida de residuos y limpieza viaria. La empresa ha realizado recientemente una inversión de más de 13 millones de euros para mejorar su flota de vehículos y maquinaria, entre los que se encuentran vehículos eléctricos y con etiqueta ambiental ECO. Además, la compañía gestiona los dos puntos limpios del municipio y la planta de tratamiento de El Gorguel, encargada de tratar los residuos recogidos de la ciudad.
La planta de tratamiento de El Gorguel trata al año alrededor de 111 mil toneladas de residuos procedentes de la recogida selectiva de las fracciones verde convencional, azul y de enseres voluminosos como muebles o sofás, que se recogen en una línea específica. “Los materiales recuperados en la plantase adecuan para el transporte en forma de balas y se entregan a los gestores finales que aseguran su reciclaje con el fin de volverlos a utilizar como materia prima para fabricar nuevos productos, en lo que llamamos economía circular, la cual persigue la máxima valorización de los recursos y evitar su envío a vertedero”, cuenta Miguel Ángel Balado, jefe de Explotación de Tratamiento y Eliminación de Residuos de Lhicarsa. Según Miguel Ángel, no todo es recuperable, pero sí mucho más de lo que nos imaginamos.
Sin embargo, y aunque el trabajo de Lhicarsa es fundamental, la separación en origen, tarea que recae sobre la población, es clave para alcanzar índices de recuperación y reciclaje verdaderamente altos. La educación ambiental busca hacer partícipe a la ciudadanía de la correcta gestión de los residuos y Lhicarsa es consciente de que los hábitos de reciclaje se deben adoptar desde las edades más tempranas. “Tratamos de hacer educación ambiental con los colegios para las generaciones más jóvenes”, comenta Fernando de Mateo, director de Lhicarsa. “Participamos de forma activa en la iniciativa Tres Erres de la concejalía de Educación, que consiste en realizar actividades formativas en el ecoparque de La Vaguada y en la planta de tratamiento. Allí se les explica todo el procedimiento de recogida de residuos y, de alguna manera, les estamos inculcando a los niños desde muy temprana edad que tienen que cuidar el entorno en el que viven y que es una labor de todos.”
Para alcanzar una economía circular real, la sociedad al completo debe estar comprometida con la transición ecológica, desde instituciones hasta el ciudadano de a pie, pasando por las empresas y entidades intermedias. Sólo con el trabajo de todos, podremos dejar a las generaciones futuras un mundo más limpio, sostenible y climáticamente neutro.