A pie de calle: mujeres en los servicios urbanos de Lhicarsa

CARTAGENA. El sector de los servicios urbanos ha sido históricamente un sector masculinizado, en el que hasta hace unos años llamaba la atención ver a una mujer como 'barrendera'. Mientras que en la limpieza de interiores son normalmente mujeres quienes llevan a cabo las tareas, la limpieza del espacio público sigue recayendo en gran parte en la población masculina. Sin embargo, ya no es una excepción ver a mujeres conduciendo camiones de recogida de residuos o baldeando calles con agua a presión.

En Cartagena la empresa encargada de la limpieza y recogida de residuos es Lhicarsa, quien lleva presente en la ciudad desde 1995. La empresa tiene claro que para mantener la ciudad en condiciones óptimas tiene que contar con los mejores profesionales. Es por esto que en su plantilla encontramos a mujeres en todo tipo de puestos, desde los más tradicionales, como a María José Hernández en la oficina de la Planta de Reciclaje de El Gorguel pesando camiones o atendiendo a la ciudadanía, hasta los más 'nuevos', como Margarita Soto, conductora de camiones de recogida y operaria de limpieza.

El camino suele ser el mismo: las operarias comienzan desempeñando las tareas menos especializadas y poco a poco la empresa define y reconoce el talento y esfuerzo y lo impulsa, con el fin de que las operarias lleven a cabo tareas cada vez más especializadas. Begoña Dávila, quien lleva 18 años trabajando en Lhicarsa, nos cuenta que su crecimiento en la empresa ha sido muy grande. Dávila se encargaba de separar el plástico en una cinta y poco a poco ha ido avanzando “hasta que me propusieron llevar el camión, me saqué el carné, y ahora en verano también hago de conductora de limpieza”, un puesto que cada vez desempeñan más mujeres. Por otro lado, Tania Prades, operaria de limpieza viaria, también expresa que desde que entró a Lhicarsa ha tenido que recibir formaciones específicas, pese a la creencia popular de que este trabajo lo puede desempeñar cualquier persona sin formación. En concreto, Tania ha realizado cursos como el de prevención de riesgos laborales, e incluso se ha sacado el carné de conducir tipo C, pagado por la empresa.

La introducción de vehículos y maquinaria más ergonómica y avanzada permite que estas tareas, que antes podrían necesitar de un mayor esfuerzo físico, puedan ser realizadas por cualquier persona, facilitando la accesibilidad de estos puestos. Manuela Gandía, quien hace poco ha dado un salto en su recorrido en la empresa convirtiéndose en peón especializado en la planta de reciclaje, coincide con sus compañeras y opina que la formación es la vía a potenciar con el fin de que la mujer siga abriéndose paso en el sector.