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como ayer / OPINIÓN

La fachada enferma

15/04/2021 - 

MURCIA. Aunque Murcia en primavera sea menos Murcia sin sus procesiones y sus fiestas cívicas (como se decía y escribía antaño), no deja de ser una lástima que en los días en que la ciudad se muestra más hermosa y atrayente nuestra plaza por excelencia, que es la de Belluga, y el monumento principal y más fotografiado de la ciudad, el imafronte catedralicio, se vean afeados por el vallado de protección instalado a raíz de los desprendimientos de cascotes que se han producido en los últimos tiempos.

El problema de un monumento como la Catedral es que nunca se acaba de invertir dinero en su conservación: cuando se acaba por una punta hay que volver a comenzar por la otra. Pero a nadie se le escapa que es una inversión necesaria, y un proyecto que requiere de rigor y de la implicación de técnicos especialistas del máximo nivel, instituciones académicas y administraciones públicas. Si ello fuera posible.

Porque los problemas concurrentes no son cualquier cosa. Convergen, junto al paso del tiempo y los elementos, la mala calidad de la piedra utilizada, la contaminación atmosférica y acústica… sin olvidar la que aportan las aves, que no sólo ensucian con sus excrementos, sino que contribuyen a la corrosión de los elementos constructivos. Y, por contra, es mucho lo que está en juego.

Foto: P. G. M.

Jaime Bort ha pasado a la posteridad como autor de esta gran obra, verdadero retablo barroco en piedra, espectacular por su monumentalidad y su planteamiento, aunque el arquitecto castellonense no hizo sino reproducir, con acierto, el diseño de Sebastián Feringán, ingeniero militar y autor del Arsenal cartagenero.

Bort también fue el encargado de la ejecución de otro símbolo murciano: el Puente de los Peligros, o Puente Viejo, o de Piedra, aunque también en este caso materializó un proyecto debido a otro notable autor: Toribio Martínez de la Vega. Y fue esta circunstancia la que generó una anécdota que relataba siglo y medio después de la conclusión de la obra el comandante de Infantería, profesor de la Escuela de Guerra y miembro correspondiente de la Real Academia de la Historia y de la Academia de Bellas Artes Pedro Berenguer.

"el nombre del ilustre hacedor del célebre imafronte acabó pisoteado por los miles de personas que han recorrido ese espacio urbano en todo tiempo"

Escribía el erudito el 25 de mayo de 1897 en El Diario de Murcia una reseña sobre Bort… o Bortmlia (esta extraña dualidad quedó resuelta al averiguarse que, en realidad, sus apellidos eran Bort Meliá) indicando que en ambos monumentos solo fue el traductor a la práctica del pensamiento de dos maestros ilustres, que no es poco; su vanidad, no obstante, quiso recabar para sí laureles que no le pertenecían por completo, como puede verse en la inscripción colocada en uno de los pedestales que sustentaban los triunfos con que Martínez de la Vega decoró su obra, consintiendo se estampara lo siguiente en una lápida de mármol negro veteado, con caracteres romanos tallados en hueco y dorados:

En 26 de Setiembre de 1701 se cayó el puente que había en este sitio, y por repetidos esfuerzos que se hicieron para su construcción, no se pudo conseguir se diese principio hasta 8 de Junio de 1718, y en 4 de Octubre del mismo año se puso la primera piedra en el cimiento del macho, y se continuó hasta sacar la fábrica de este y de los estribos fuera del agua, en cuyo estado quedó hasta el año 1739, que viniendo por Corregidor el Señor D. Antonio de Heredia y Bazán, por medio de extraordinario desvelo y eficacia, dispuso se continuase, dando principio en 1º de Diciembre de dicho año: y sin embargo de graves dificultades y embarazos que se ofrecieron, logró que el día de San Pedro y San Pablo, príncipes de los apóstoles del año siguiente 1740, se pusiese la última piedra del primer arco, y la del segundo, el día de la Concepción de Nuestra Señora del referido año, con imponderable júbilo de todo el pueblo, viéndose libertado de las calamidades y desgracias que había padecido en 39 años por la singular conducta e infatigable celo del Sr. Corregidor y caballeros comisarios de esta tan grande y suntuosa fábrica, que se confió a la dirección del ingeniero arquitecto y maestro de obras D. Jaime Bortmlia, por la acreditada experiencia de su inteligencia, especialmente en la insigne obra de esta Sta. Iglesia Catedral”.

Lo que a Berenguer le parecía una insufrible injusticia histórica en forma de relato "tan parcial y adulador, donde se omitían nombres de personas tan dignas de mención, cuando menos, como las exhibidas a la posteridad en términos tan pretenciosos", encontró reparación cuando con ocasión de una intervención en el puente, casi un siglo más tarde, a cargo del arquitecto municipal Francisco Bolarín, llamado el Viejo para distinguirle de su hijo, de igual nombre y profesión, fueron demolidos los pedestales y arrancadas las lápidas, que fueron a parar inicialmente a un almacén de efectos municipales y, de allí, en 1868, a cubrir los sumideros de desagüe que al sentar el adoquinado se abrieron al final de la Trapería, junto a la plaza de Santo Domingo.

De modo que el nombre del ilustre hacedor del célebre imafronte acabó pisoteado por los miles de personas que han recorrido ese espacio urbano en todo tiempo, más aún en aquellos en los que en el gran espacio abierto frente a  las torres del templo dominico se celebraba el popular y muy concurrido mercado de los jueves.

Sin perjuicio de lo cual, el nombre de este arquitecto ha sido el que ha quedado como autor de la magna obra y como depositario del mérito de haber sabido trasladar a la pétrea realidad los planos aportados en su día por Feringán. No era empeño sencillo. Y el resultado es espléndido motivo de orgullo para Murcia.

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