TIEMPOS POSMODERNOS / OPINIÓN

La despedida de Úrsula

La Comisión Europea y su Presidencia juegan un papel clave en el impulso de las medidas que nos afectan a todos los ciudadanos europeos.

3/10/2023 - 

Aunque ha pasado casi desapercibido entre el ruido interno, el día 13 de septiembre se celebró el último Debate sobre el Estado de la Unión Europea (SOTEU, State of the EU, en sus siglas inglesas) de la actual legislatura europea. En junio de 2024 se celebrarán las próximas elecciones al Parlamento Europeo y, con ello, también se constituirá una nueva Comisión Europea, cuya composición dependerá del resultado de las urnas.

Este debate cumple doble misión de revisar lo realizado en el año anterior y lo previsto para el próximo. Además, en este caso, era el momento de hacer repaso de lo cumplido en los cuatro años anteriores. Quizá ha sido, de los cinco discursos de Ursula von der Leyen, el menos interesante. Probablemente porque es poco el tiempo que le queda para desarrollar sus compromisos. Ella sostiene que se ha cumplido un 90% de lo prometido al comienzo del mandato. Las dos líneas más importantes de la presidencia fueron la digitalización y la descarbonización, con el lanzamiento del Green Deal o Pacto Verde para conseguir este último objetivo.

Es evidente que, en septiembre de 2019, cuando se lanzaban dichos objetivos, nadie esperaba que en menos de seis meses nos encontráramos en medio de una pandemia y que, antes de que se diera por finalizada, Rusia invadiría suelo ucraniano. Esto ha condicionado las actuaciones de la Comisión Europea, que ha tenido que dedicar esfuerzo a combatir la covid19 y a Rusia. La respuesta al primero de los retos ha sido, en general, exitosa y ha supuesto avances en la integración europea. Así, los fondos Next Generation, destinados a revitalizar la economía europea tras la pandemia, han sido financiados, por vez primera, mediante la emisión de deuda europea en los mercados internacionales. Sin embargo, la respuesta a Rusia, en forma de sanciones, lejos de mostrar una fuerte postura común, ha resultado poco efectiva. En realidad, algunos países, como España y, a pesar de las restricciones, en lugar de reducir las compras de petróleo ruso las han podido aumentar.

Aparte de esta valoración, el discurso muestra que hay dos sectores económicos que han resultado perdedores durante este mandato: el agrícola y el industrial. En agricultura, el presupuesto europeo vio reducidos los fondos de la PAC para destinar más recursos a la pandemia y Next Generation. Posteriormente, la inflación y el encarecimiento de la energía han hecho difícil conseguir rentabilidad en el sector, en un contexto de carestía y problemas de autoabastecimiento como no se conocían en los últimos 40 ó 50 años. La industria se ha encontrado con dificultades muy similares: aumento de costes y desabastecimiento de materias primas. Además, el Pacto Verde ha supuesto una rápida transformación de la principal industria europea: la del automóvil. 

Probablemente, son estas razones las que explican las buenas palabras hacia ambos sectores, proponiendo mejorar el diálogo. Además del diálogo, en el caso del automóvil se ha anunciado (y esta fue la parte del discurso que ha tenido mayor recorrido mediático) la futura denuncia a China por vender coches eléctricos a precios muy por debajo de los de mercado (esto es, dumping). Es de esperar que se adopten medidas anti-dumping (subiendo los aranceles) junto con la consiguiente comunicación a la Organización Mundial de Comercio, cuyo arbitraje será necesario para corroborar, en su caso, la adecuación de la elevación de las barreras. Prueba de la tensión en el sector es que el Consejo (que representa a los países) ha acordado retrasar la norma Euro 7 sobre emisiones en dos años.

La presidenta de la Comisión señaló que son tres los retos a los que tiene que enfrentarse la economía de la UE en un futuro próximo: los desequilibrios en el mercado de trabajo (convive el paro en algunos países con puestos de trabajo que no se pueden cubrir); la elevada inflación, que persiste a pesar de la política monetaria contractiva; y las trabas administrativas que encuentran las PYMEs para desempeñar su actividad. La Comisión va a establecer, en este último caso, un representante para detectar los principales problemas para introducir cambios legales que reduzcan el papeleo y la burocracia. Al final, los tres problemas afectan a la competitividad de las empresas europeas y es necesario atajar estos obstáculos para recuperar y ampliar mercados internacionales. En la Comunidad Valenciana, el sector cerámico se encuentra en una situación delicada por los aumentos de costes de producción (los energéticos, en especial) y la debilidad de la demanda internacional. Los sectores de alta tecnología son importantes, pero también lo es mantener la capacidad de competir de sectores maduros, cuyo esfuerzo innovador es considerable.

Del discurso de la presidenta von der Leyen se puede concluir que las autoridades europeas son conscientes de que, desde el punto de vista geoestratégico, vivimos un momento delicado, por lo que van a continuar el esfuerzo de colaboración con los países africanos y van a abrir nuevas rutas, como la conexión con la India por tren, pero también como suministrador de electricidad e hidrógeno verde. La dependencia estratégica de algunas materias primas hace que estas dos regiones del mundo sean vitales para los intereses europeos.

En conclusión, estos últimos años, después de las diversas crisis sufridas, hemos podido ver, si prestamos un poco de atención a las noticias cotidianas, que la Comisión Europea y su presidencia juegan un papel clave en el impulso de las medidas que nos afectan a todos los ciudadanos europeos. También el Parlamento Europeo, junto con el Consejo (de ministros) de la UE son los que deciden la aprobación de las normas que rigen las diferentes materias. No lo olvidemos cuando lleguen las elecciones: la UE no es algo externo a nosotros que se nos imponga sin más explicación. Muy al contrario, los ciudadanos europeos elegimos a nuestros europarlamentarios con circunscripción nacional única y ello determina no sólo la mayoría en el Parlamento Europeo, sino también la presidencia de la Comisión Europea. Citando al escritor y parlamentario europeo Alberto Moravia, “curiosamente, los votantes no se sienten responsables de los fracasos del gobierno que han votado”. Y sí que lo somos, ¡vaya si lo somos!

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