MURCIA (EFE/MP). El conjunto argárico que conforman los yacimientos de La Bastida, en Totana, y la Almoloya, en Pliego, en los que trabaja la Universidad Autónoma de Barcelona, han ganado el premio nacional de Arqueología y Paleontología, con una dotación de 80.000 euros, según ha informado la Fundación Palarq organizadora del certamen. La tercera edición de estos premios ha contado con 18 proyectos y un jurado internacional que ha elegido como ganador el proyecto 'Almoloya-Bastida: poder, género y parentesco en una civilización olvidada de la Edad del Bronce'.
En la Edad del Bronce, entre el 2200 y el 1550 antes de Cristo se desarrolló la cultura de El Argar en el sudeste de la Península Ibérica, una sociedad compleja en la que hubo una diferenciación social basada en el género y la edad y una especialización en la realización de trabajos artesanales relacionados con la cerámica, la lítica (trabajo de la piedra), el textil y la metalurgia.
Así, esta cultura tiene un papel protagonista en el conocimiento de la Prehistoria reciente en España, y es considerada una de las más relevantes de la época en Europa, que tiene como principal característica esa desigualdad social, hasta el punto de haber sido calificada como uno de los primeros estados del viejo continente, con un nivel de complejidad política y económica equiparable al de las civilizaciones posteriores, según informa Palarq.
En esta ocasión, la fundación ha valorado los avances en la investigación de la universidad catalana sobre el poder, el género y el parentesco en la cultura argárica a partir del trabajo de campo en los yacimientos murcianos.
La Bastida se ubica en la sierra de la Tercia, sobre un cerro abrupto en la confluencia de la rambla de Lébor y el barranco Salado, a unos 6 kilómetros al oeste del casco urbano de Totana, es considerado como el mayor yacimiento argárico conocido hasta la fecha y fue el primero en ser descubierto e investigado en 1869.
Por otra parte, el de la Almoloya está sobre un cerro allanado que domina un extenso terreno de monte bajo entre Pliego y Mula, un emplazamiento estratégico que favoreció su ocupación durante más de 600 años, y fue dado a conocer en 1944 por el arqueólogo Emeterio Cuadrado y el ingeniero Juan de la Cierva.
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El proyecto 'Almoloya-Bastida: poder, género y parentesco en una civilización olvidada de la Edad del Bronce', que investiga la cultura del Argar en el yacimiento ubicado en Totana, ha recibido el III Premio Nacional de Arqueología y Paleontología Fundación Parlaq. El jurado ha fallado, de forma unánime, a favor de este proyecto.
La cultura del Argar tiene papel protagonista en el conocimiento de la Prehistoria reciente en España y es considerada una de las culturas más relevantes de la Edad del Bronce en Europa. "El Argar no es una cultura arqueológica más. Su principal característica fue la instauración de agudas desigualdades políticas y económicas, con gran relevancia patrimonial, cultural y económica", han señalado tras el fallo.
Luis Monreal, director general de la Fundación Aga Khan y portavoz del jurado, ha destacado "el carácter innovador de un proyecto que pretende desentrañar aspectos inmateriales de una milenaria civilización que existió en España, en un área comparable a la superficie de Bélgica, y de una cultura en la que se desentrañan las desigualdades y relaciones, parentescos y la formación de una sociedad que desapareció".
Por su parte, el presidente de la Fundación Palarq, Antonio Gallardo Ballart, ha destacado que el proyecto ganador responde "a un trabajo excelente de muchos años que ha puesto en valor una cultura muy relevante de la Edad de Bronce que no se conocía, dentro del ámbito geográfico de varias provincias, principalmente la de Murcia".
"Se trata de un proyecto de alcance: con muchos años de investigación en el pasado, en el presente y con muchos aspectos de la cultura del Argar que se podrán ir descubriendo y divulgando en un futuro", ha añadido.
En representación del equipo de investigación, y en relación con los resultados del trabajo de realizado hasta ahora, se ha referido uno de los investigadores principales del proyecto, el doctor Rafael Micó. "Los principales resultados tienen que ver con el conocimiento cada vez más detallado de la organización política, de las relaciones económicas incluso de las normas de parentesco de una comunidad prehistórica de hace 4.000 años", ha apuntado.
"Este tipo de campo de estudio nos permite contribuir de una manera muy interesante a debates de enorme interés que no pasan de moda como el origen de las civilizaciones o el origen de las sociedades con desigualdades, el origen de la violencia y qué efectos puede tener en la vida cotidiana", ha añadido Micó.
A través del proyecto 'Almoloya-Bastida: poder, género y parentesco en una civilización olvidada de la Edad del Bronce' el equipo de investigadores adscritos a la Facultad de Filosofía y Letras y al Departamento de Prehistoria de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), desarrolla la investigación sobre la cultura del Argar abarcando desde lo estrictamente arqueológico hasta elementos sobre evolución social y de organización política, que le dan una relevancia única a nivel europeo.
La sociedad de El Argar poseyó un nivel de complejidad política y económica equiparable estructuralmente a una civilización. A diferencia de lo que suele asumirse para las comunidades europeas de inicios de la Edad del Bronce, "pone de manifiesto tres puntos muy importantes: civilización y prehistoria no son términos antitéticos, la Edad del Bronce europea no es sinónimo de 'barbarie' y muchas de las relaciones que hoy en día nos conforman o nos limitan como sociedad y como individuos hunden sus raíces en revoluciones autóctonas cuyo recuerdo se había perdido".