Hoy es 1 de noviembre

el acto será presidido por el presidente del gobierno

La cartagenera María Egea, homenajeada en el acto de recuerdo a las víctimas de la Guerra y la Dictadura 

29/10/2024 - 

CARTAGENA. La cartagenera María Egea es una de las veinte personas que recibirá un homenaje y reconocimiento el próximo jueves 31 de octubre en el acto por el 'Día de Recuerdo y Homenaje a todas las víctimas del golpe militar, la Guerra y la Dictadura', que será presidido por el presidente del Gobierno.

María Egea Muñoz de Zafra nació en Cartagena en 1934 en el seno de una familia socialista y republicana. Junto a sus padres y hermano Mateo, embarcó en el puerto de Alicante en el Stanbrook con destino a Orán, como pasajera 2.388. Tenía cinco años cuando inició el camino del exilio. En Orán estuvieron internados en una cárcel mientras que su padre fue enviado a varios campos de concentración argelinos hasta la liberación de los campos por los aliados.

María abandonó España en el Stanbrook, a la edad de 5 años, para instalarse en Argelia junto con sus padres y su hermano Pedro, país en el que vivirá durante 50 años. En sus notas biográficas publicadas en francés recuerda la dura experiencia de la separación de las familias a su llegada a Orán: los hombres eran deportados a los campos de trabajo forzoso, mientras que las mujeres y niños permanecían en la prisión de Orán. Así su padre estuvo en diversos campos de concentración hasta 1943 y ella, su hermano y su madre en la prisión civil de Orán, en donde pudieron sobrevivir gracias al trabajo realizado por las mujeres para una fábrica de ropa interior de soldados, una vez que permitieron las salidas al exterior.

A la salida de la cárcel, la familia se instaló en una habitación de 5 metros cuadrados en el sótano del nº 25 de la Rue des Jardins de Orán y ambos hermanos iniciaron su escolarización en el colegio Jules Ferry, en el que la niña vivió la dura experiencia del rechazo y la marginación. El abuelo materno, refugiado en el sur de Francia, consiguió ser reagrupado en Orán y vivir un tiempo con ellos, falleciendo poco tiempo después.

En julio de 1942 viajaron hasta Colomb-Béchar al encuentro del padre. Desde allí continuaron el viaje en tren hasta Talzaza, una estación de tren de la línea Mer-Niger en mitad del desierto, a la que el padre estuvo destinado en su condición de ferroviario. En Talzaza, ("En este infierno-paraíso vivíamos en un aislamiento casi total", dirá en sus memorias) vivió la familia durante dos años, bajo las duras condiciones del desierto y del aislamiento, algo suavizado por la amable acogida y hospitalidad de los "indígenas" argelinos que habitaban en los oasis de la región.

En 1944 la familia se traslada de nuevo a la estación de tren de Colomb-Béchar, situada a 2 kilómetros de la población, lo cual permitió mejorar las condiciones de vida y la escolarización de los niños.

La madre retomó el trabajo de costura y con el tiempo se instaló en Argel, en donde consiguió montar su propio taller de costura. María Egea acabaría trasladándose con la madre a Árgel y obteniendo la nacionalidad francesa.

La familia vivió la Guerra de Argelia (1954-1962) y optó por permanecer en el país tras la proclamación de la independencia. En 1956 María Egea había empezado a trabajar como maestra en un pequeño pueblo de la llanura de Chelif, en donde poco tiempo después se casó con un profesor francés, Raymond, y tuvo a sus dos hijas. Tras la proclamación de la independencia de Argelia en julio de 1962, se reincorporaron a la escuela de Ben Mered, en donde vivieron el proceso de arabización de la enseñanza establecida por el nuevo régimen argelino. Hacia 1970 se trasladaron a la costa argelina, Aïn-Taya, cerca de Cap Matifou, en cuyo instituto empezó a dar clases de lengua y cultura española, actividad profesional que siguió ejerciendo en otras escuelas del país.

En 1996 abandonó Argelia en el proceso de repatriación de extranjeros a causa de las violentas acciones terroristas islamistas y se instaló junto con su marido en París.

En cuanto al resto de la familia Egea, los padres permanecieron en Argelia hasta mediados de los años 70 que se mudaron a París. El padre, Mateo Egea, falleció en 1978 y está enterrado en el cementerio de Père-Lachaise. La madre, María Nuñez de Zafra, se trasladó de Paris a Madrid en 1990, en donde murió en 2010. El hermano, Pierre, médico pediatra que había ejercido durante años en Argel y Blida (Argelia), acabó instalándose en Nimes a mediados de los años 90.

Permaneció en Argelia cerca de 50 años ejerciendo como maestra y profesora. En 1996 marchó a Paris, donde vive en la actualidad.


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