MURCIA (EFE). El primer "honoris causa" concedido a una mujer se lo otorgó la Universidad de Salamanca a santa Teresa de Jesús tres siglos después de su muerte, un comienzo significativo para un reconocimiento que sigue teniendo una gran brecha de género en la universidad española.
La mayoría de las universidades del país solo tienen entre un 2 y un 28% de mujeres doctoras "honoris causa", un reconocimiento que hasta no hace mucho estaba ocupado casi exclusivamente por hombres.
Así lo refleja un estudio elaborado por la Universidad de Salamanca (USAL) con datos de 2022, en el que se preguntó por esta cuestión a las 54 universidades públicas y privadas que pertenecen a la red de unidades de igualdad de género.
La primera mujer que recibió el "honoris causa" fue santa Teresa de Jesús por la USAL en 1922, 340 años después de su muerte. A ese hito siguieron años de casi absoluto vacío para las mujeres hasta la última década del siglo XX y la entrada al siglo XXI.
A pesar del intento de revertir esta desigualdad en los últimos años, solo 6 universidades españolas han reconocido a 10 o más mujeres doctoras "honoris causa": la Universitat Autónoma de Barcelona (15), la Universidad Complutense (14), la Universitat d'Alacant (13), la Universitat Rovira i Virgili (10), la Universidad de Salamanca (10) y la Universitat de València (10).
"En la USAL solo tenemos 10 y comparando estamos bien, estamos dentro de la media alta, hay algunas universidades que solo tienen una o dos mujeres doctoras honoris causa", ha explicado a Efe la profesora María Inmaculada Sánchez, directora del estudio y de la unidad de igualdad de la USAL.
En el número de doctoras "honoris causa" influye "el tamaño de la universidad", pero sobre todo "la fecha de la fundación de las universidades y el momento en que comienzan a otorgarse en cada una de ellas", según refleja este estudio en el que respondieron el 85 % de los centros consultados.
Los mejores números de igualdad en el "honoris causa" los tienen las universidades que se han creado desde los años 90, década a partir de la cual se han entregado la mayoría de estos reconocimientos a mujeres.
Por ejemplo, la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) -nacida en 1995- tiene un 62 % de mujeres doctoras "honoris causa", un dato muy lejano de la horquilla media, que va del 2 al 28%.
El impulso del reconocimiento a las mujeres ha estado ligado a la puesta en marcha de las unidades de igualdad de las universidades, que en el caso de la USAL, por ejemplo, fue a finales de los 2000: 8 de las 10 doctoras "honoris causa" han sido galardonadas desde entonces.
Así, hasta que se creó esta unidad en Salamanca, solo la investigadora noruega Kirsten Osen acompañaba a santa Teresa de Jesús como doctora "honoris causa", un premio que recibió en 1997.
La candidatura de la jurista feminista María Telo, reconocida por la USAL en 2008, fue la primera impulsada por la unidad de igualdad, ante la absoluta desproporción entre el número de mujeres universitarias y el número de doctoras "honoris causa".
"Fue una persona clave para el fin de la licencia marital, que obligaba a las mujeres a tener la aprobación del marido para mover sus finanzas", ha indicado la profesora Esther del Brío, que coordina junto a Sánchez una exposición para visibilizar a las doctoras "honoris causa" de la USAL.
Telo recibió el reconocimiento al final de su vida, a los 93 años, algo que es muy común sobre todo entre las mujeres "honoris causa", ya que entre los hombres pueden encontrarse más premiados más jóvenes.
"Gran parte de las doctoras son de edad avanzada: parece una prueba de longevidad y no de excelencia. No podemos esperar, hay mujeres muy valiosas mucho más jóvenes; pongamos el foco en mujeres de 40 o 50 años que ya tienen trayectorias espléndidas y han sido las primeras en algo", ha reivindicado Del Brío.
Las dos profesoras llevan estos mensajes por los pasillos de las facultades, los centros escolares y las instituciones para "mover la conversación" entre quienes deciden y para mostrar a las niñas y jóvenes "que también puede ser una de ellas".