MURCIA. En las últimas semanas nuevamente han retomado protagonismo las devastadoras consecuencias del cambio climático sobre el planeta y la vida humana. Uno de los efectos más visibles es el incremento de las necesidades de alimentación para buena parte de una población mundial en continuo crecimiento. Otro son los fenómenos meteorológicos extremos, como las olas de calor en el Norte de América y las dramáticas inundaciones en Alemania y China que recientemente han ocupado la actualidad informativa.
El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de Naciones Unidas ha expuesto la necesidad de emprender acciones inmediatas para reducir sustancialmente las emisiones de gases de efecto invernadero antes de 2030 y evitar un calentamiento de la tierra catastrófico. Advirtiendo que, incluso actuando rápidamente, los efectos positivos sobre la temperatura, como muy pronto, tardarían más de 20 años en poder ser apreciados.
Es cada día más evidente que, para asegurar a las próximas generaciones un futuro, se debe acometer con urgencia un profundo cambio en el sistema productivo mundial. Por una parte, propiciando acciones que permitan mitigar la emisión de CO2 para reducir el calentamiento del planeta y por otra, aumentando la productividad agroalimentaria para abastecer a toda la población evitando las hambrunas.
La agricultura es fundamental en las estrategias de lucha contra el cambio climático, la pobreza y el hambre. Evita emisiones y el calentamiento global como gran sumidero de gases de efecto invernadero, produce alimentos seguros y suficientes para abastecer la creciente demanda de la población y constituye la mayor fuente de ingresos para el 40 % de la población mundial. En las últimas décadas la agricultura sostenible ha incorporado nuevas tecnologías que reducen el uso de los recursos naturales, agroquímicos o la alteración de los suelos.
El Trasvase Tajo Segura ha posibilitado que la Región de Murcia contribuya de manera efectiva a mitigar el cambio climático, a la vez que ha generado 180.000 empleos directos e indirectos. El manto verde que suponen las 60.000 hectáreas de regadío del trasvase TS se ha convertido en un enorme sumidero de gases efecto invernadero capaz de absorber más de un millón de toneladas de CO2, contribuyendo a disminuir los procesos de desertificación y erosión de los suelos.
España, si gestionara sosteniblemente el agua de nuestros principales ríos mediante transferencias entre cuencas, como indicó el ingeniero y empresario murciano Luis del Rivero en el Congreso de los Diputados, podría tener una capacidad potencial de cultivo en regadío de más de 6 millones de hectáreas, por lo que la agricultura podría llegar a reducir en un tercio las emisiones de gases efecto invernadero de todo el país, con los beneficiosos efectos ambientales, sociales y económicos que ello conlleva.
El regadío es una de las principales acciones para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible ya que es un gran sumidero de CO2, crea empleo y produce alimentos. Se ha estimado que 100.000 hectáreas de cultivo en regadío pueden llegar a absorber 1,5 millones de toneladas de CO2 y generar unos 200.000 empleos directos e indirectos. La agricultura sostenible se convierte en una acción insustituible para la humanidad en la lucha contra el cambio climático, a la vez que posibilita la alimentación y el empleo a los sectores más vulnerables de la sociedad, permitiendo cumplir los ODS 1, 2 y 13 de fin de la pobreza, hambre cero y acción por el clima.
Miguel Ángel Cámara Botía
Catedrático de Química Agrícola
Director de la Cátedra de Ecoeficiencia Hídrica
Universidad de Murcia