MURCIA. Es posible que cuando hayas leído el título del artículo de esta semana hayas pensado que "ya estamos a vueltas con esa moda de hacer nuestras tradiciones que nada tienen que ver con nuestra tierra". Y en parte tienes razón, pero sólo en parte. Pues de la misma manera que la figura de Santa Claus tiene un origen mediterráneo (San Nicolás de Bari, Italia) y que su antagonista lo tiene en zonas norteñas de Europa, bien es cierto que en nuestra región podemos identificar ese tipo de figuras aunque no con los nombres tradicionales, pero sí desde luego representando lo mismo.
Centrándonos en el arquetipo del diablo de la Navidad, hoy comúnmente conocido como Krampus, hemos de destacar que era una criatura mitad cabra, mitad demonio y el encargado de atemorizar a los niños que se portan mal en Navidad. Poseía cadenas y palos de abedul que usaba para golpear a los estos niños y llevárselos al inframundo.
Su nombre proviene de la palabra alemana 'garra' y se nos presenta como hijo de la diosa Hel, la encargada del inframundo en la mitología nórdica. Esta bestia legendaria también comparte algunas características físicas con otras criaturas de la mitología griega, como los sátiros y los faunos.
Ya desde el siglo XVI, Murcia era considerada por la inquisición como tierra en donde se invocaba a un demonio llamado Xaguax, que representaba los pecados del mundo. Esta imagen va a quedar en el colectivo popular hasta que a finales del siglo XIX va a evolucionar como el arquetípico ser que secuestraba a los niños que se habían portado mal y se los llevaba a realizar trabajos forzados en las minas de nuestra región.
Esa imagen era la de un hombre, o más bien su sombra, con un saco y una especie de cuernos que le salían de una gorra. Caminaba de forma pesada, apareciendo en Navidad y al inicio del Verano, momento en el que se debía hacer acto de contrición y evaluar qué niños y niñas habían sido buenos y se quedaban en sus casas o, de lo contrario, afrontar su destino con el Xaguax, nombre que acabará siendo Jago o Jacobo (del hebreo Yaakov, Aqev o Aqab).
La leyenda del Krampus es una tradición de Navidad centenaria en Alemania, donde las celebraciones navideñas comienzan a principios de diciembre. Según el folklore, Krampus aparece la noche del 6 de diciembre, conocida la misma noche que se celebra Nikolaustag, cuando los niños alemanes esperan que Santa Claus llene sus botas con regalos, una recompensa por ser buenos durante todo el año.
Durante algún tiempo, la Iglesia Católica suprimió la presencia del Krampus y la prohibió en las celebraciones navideñas pero, de manera sorprendente, Krampus ha tenido un regreso a las tradiciones navideñas con enfoques más modernos debido a que las nuevas generaciones ya no se asustan con este tipo de leyendas.
En países como Alemania, Hungría, la República Checa y Austria se celebra el Krampuslauf, una especie de carrera en la que cientos de hombres disfrazados de demonios corren por las calles y persiguen a los transeúntes.
*Santi García es responsable de Rutas Misteriosas y autor del libro 'Murcia, Región Sobrenatural'