El Papa Francisco recibió en octubre a José Luis Mendoza con su esposa, María Dolores García, y su hija María. Foto: UCAM MURCIA. José Luis Mendoza Pérez deja una profunda huella en Murcia y su región. Toda su vida ha estado centrada en proclamar y difundir la palabra de Dios, dando ejemplo y testimonio de fe y vida cristiana. Valiente, osado, tenaz y temperamental, siempre ha confiado en la Divina Providencia.
Entendió desde joven que era un instrumento de Dios en el mundo, primero para formar una familia junto a su querida Lola y después para dar público testimonio de vida cristiana y fe. Su estancia como misionero en República Dominicana junto a Lola embarazada y sus, por entonces 8 hijos, le permitió encontrar a Cristo en los pobres.
"era una de esas personas que dejan huella en nuestras vidas"
Siguiendo la propuesta de San Juan Pablo II de cristianizar las universidades construyó junto a su esposa en 1996 la UCAM, la primera universidad católica creada por un laico con el apoyo de su obispo. Los tres pilares sobre los que asentó la universidad fueron la docencia, la investigación y la evangelización.
No le resultó fácil convencer a parte de la sociedad murciana de la bondad de su iniciativa y de los beneficios que suponía para la Región. Tan solo su perseverancia y convicción para superar las mil y una dificultades que le ponían en el camino le permitió sortear los obstáculos que a menudo encontraba en el camino.
Conseguir consolidar la UCAM como una de las más prestigiosas universidades privadas del mundo le supuso persecución e incomprensiones. El sufrimiento ante las dificultades que de forma continua le ponían para la implantación de nuevos grados o la ampliación del campus de Murcia lo convertía en fortaleza para seguir luchando, pero indudablemente le deterioraba físicamente.
En estos años, además de rescatar centros educativos religiosos en diferentes municipios y ayudar a comunidades religiosas, ha logrado convertir a la UCAM en una de las más importantes actividades económicas de la Región debida a una extensa comunidad universitaria (21.000 alumnos y casi 1.300 profesores y personal de administración y servicios), formando un envidiable entramado de empleo y actividad comercial.
Su vida de servicio y la dilatada actividad desarrollada promoviendo el deporte, la educación, la cultura y la ciencia, así como el legado que deja, merece el reconocimiento publico de la sociedad murciana mediante la concesión de la Medalla de Oro de la Región de Murcia.
José Luis Mendoza ha dedicado su vida a lo que entendió era su papel en el mundo: proclamar el evangelio y defender la vida humana desde su concepción. Junto a su fiel e inseparable Lola, han creado una familia bendecida con 14 hijos, 14 regalos de Dios como decía, a los que se han ido incorporando esposas, esposos y nietos.
He tenido el privilegio de compartir, junto a mi familia, momentos muy emotivos e intensos como la audiencia con San Juan Pablo II, el encuentro mundial de la juventud con Benedicto XVI o la candidatura de Murcia para la Universiada en los que he podido apreciar sus valores y una sincera amistad.
Su esposa Lola, sus hijos, nietos y su familia tienen que estar muy orgullosos de su legado, de su testimonio y del cariño que ha generado a lo largo de su vida. José Luis era una de esas personas que dejan huella en nuestras vidas y a las que la sociedad debe reconocer por su contribución a hacer un mundo mejor.
Me ha quedado grabado lo que siempre decía ante las dificultades o los sufrimientos: "Lo que es imposible para el hombre, es posible para Dios". José Luis, mi admirado y querido amigo, siempre permanecerás en nuestros corazones.
Miguel Ángel Cámara Botía
