Miguel Sánchez e Isabel Franco.MURCIA. La guerra interna que afronta Ciudadanos hace tiempo que dejó de librarse de manera soterrada. Los enfrentamientos son públicos desde que se registró la moción de censura y tres de los firmantes se desmarcaran del partido para mantener a Fernando López Miras en la Presidencia. El partido naranja exhibe desde entonces sus diferencias, en muchos casos ya irreparables. Es el caso, por ejemplo, de los improperios que profirió Juan José Molina hacia sus hasta hace nada compañeros de bancada: "Sinvergüenzas", les llamó desde la tribuna de la Asamblea Regional. Pero no es el único choque, ni posiblemente sea el último. También afloran algunos enfrentamientos que tienen su origen en cuentas pendientes del pasado: es el que han vivido recientemente Isabel Franco y Miguel Sánchez, quienes a la vista de todos sacaron el cuchillo -dialéctico- para recordar viejas cuitas en las redes sociales.
El senador autonómico Miguel Sánchez, una de las voces más críticas del partido, mostraba en Twitter su repulsa por la maniobra de los "diputados tránsfugas" para adueñarse del grupo parlamentario de Ciudadanos con el apoyo de la abstención de Alberto Castillo. Sánchez calificaba a los cuatro como "cuatreros" en un tuit en el que relató una anécdota: "Un día, siendo yo portavoz, salí tarde de la sede y me encontré reunidos medio escondidos a Valle, Paco, Isabel Franco y Alberto Castillo. Se agobiaron cuando me vieron. Los saludé y me fui a casa. Me extrañó la presencia de Isabel y de Alberto ahí, pero no lo relacioné".
El comentario no pasó desapercibo para la vicepresidenta del Gobierno, Isabel Franco. Un día después, la consejera respondía así a Sánchez: "Medio escondidos es la galería interior de Centrofama, para que la gente entienda. Es decir, en lugar público". En el mismo mensaje Franco le lanzaba una pulla: "El partido al que defiende da por roto el pacto que le hizo senador. La pregunta es: ¿Qué va a hacer con el cargo?". La vicepresidenta se refería así al acuerdo que alcanzaron PP y Cs para nombrarle en la Asamblea Regional como senador autonómico.
Acto seguido, Sánchez replicaba, elevando el tono: "El único pacto que me hizo senador fue el que hice con [el exsecretario de Cs José Manuel] Villegas cuando me quitaron de candidato para ponerte a dedo a ti (y dije que no a ir de primero en la lista al Congreso por no perjudicar a Garaulet)", escribía. Y apostillaba en el mismo tuit: "¿Cargo?, ¿eso es lo único que te importa? Eres una tránsfuga y una caradura". El senador, así, ponía de relieve las cuentas pendientes entre ambos políticos.
La hoy vicepresidenta del Gobierno fue la persona designada por la ejecutiva nacional de Ciudadanos, entonces liderada por Albert Rivera, como su favorita para las primarias del cabeza de lista a las elecciones autonómicas. Aquel movimiento propició el paso al lado de la primera línea de Miguel Sánchez, quien había sido la imagen y la voz de Ciudadanos durante toda la legislatura por su condición de portavoz parlamentario de los naranjas.
Sánchez, que a lo largo de 2018 no ocultaba su ilusión por ser el candidato a la Comunidad, se apartaba a finales de aquel año para que Isabel Franco tuviera vía libre. Hubo primarias, sí, pero el aparato y gran parte del partido expresó su preferencia por Franco. El proceso, por cierto, quedó enturbiado tras la denuncia de uno de los aspirantes y todavía se dirime en unos juzgados. Sánchez, por su parte, en más de un foro público ha reconocido que se trató de "una maniobra de Fran Hervías", a la sazón secretario de Organización de Ciudadanos.
No es la primera vez que se lanzan este cruce de reproches. Al principio de la legislatura ya hubo un encontronazo, pues Franco calificaba a Sánchez en una entrevista con eldiario.es como parte "del pasado". No hubo respuesta pública del senador, pero sí opinó sobre el asunto la entonces portavoz del Gobierno regional y compañera de ejecutiva de Ciudadanos, Ana Martínez Vidal: "No se puede descalificar a una persona como que forma parte del pasado cuando es senador autonómico", declaraba.
