MURCIA. Durante el verano, las infecciones vaginales se vuelven más comunes debido a factores como el aumento de la humedad y la transpiración, el uso de ropa ajustada y sintética, y la mayor frecuencia de actividades acuáticas. Estas condiciones crean un entorno propicio para el crecimiento de hongos y bacterias, aumentando el riesgo de desarrollar infecciones como la candidiasis vaginal, la vaginosis bacteriana y la tricomoniasis. La Dra. Paula Soriano, ginecóloga del Hospital Quirónsalud Murcia, nos ofrece valiosos consejos sobre cómo prevenir y tratar estas infecciones para mantener una salud íntima óptima durante la temporada estival.
¿Cuáles son las infecciones vaginales más comunes en la mujer?
Las infecciones vaginales son un problema de salud común que afecta a muchas mujeres en diferentes etapas de su vida. Identificar y comprender las infecciones vaginales más frecuentes es crucial para su prevención y tratamiento adecuado.
Estas son las infecciones vaginales más comunes en mujeres:
- Candidiasis vaginal: causada por el hongo Candida.
- Vaginosis bacteriana: resulta de un desequilibrio en las bacterias vaginales, con predominio de bacterias anaerobias.
- Tricomoniasis: una infección de transmisión sexual (ITS) causada por el protozoo Trichomonas vaginalis.
¿Cuáles son los síntomas de una infección vaginal?
Los síntomas de una infección vaginal pueden variar según el tipo de infección, pero los más comunes incluyen:
- Picazón o ardor en la zona vaginal.
- Flujo vaginal inusual (puede ser blanco y espeso, amarillo, verde, o con mal olor).
- Dolor o malestar durante el coito.
- Sensación de ardor al orinar.
- Enrojecimiento e hinchazón de la vulva y vagina.
¿Qué diferencia hay entre las infecciones por hongos o por bacterias?
Las infecciones vaginales pueden clasificarse en dos categorías principales según su origen y síntomas distintivos.
Infecciones por hongos (Candidiasis vaginal):
- Son causadas por el hongo Candida.
- Se caracterizan por síntomas como picazón intensa, flujo vaginal blanco y espeso, y enrojecimiento de la vulva.
- No tienen mal olor.
Infecciones por bacterias (Vaginosis bacteriana):
- Se desarrollan debido un desequilibrio en las bacterias vaginales, donde las bacterias anaerobias predominan sobre las bacterias beneficiosas.
- Los síntomas típicos incluyen un flujo vaginal grisáceo o blanco con un característico olor a pescado.
- A diferencia de las infecciones por hongos, pueden no causar picazón en la zona afectada.
¿Por qué se producen las infecciones vaginales?
Las infecciones vaginales pueden ser causadas por diversos factores, entre ellos:
- Candidiasis vaginal: uso de antibióticos, diabetes mal controlada, cambios hormonales (embarazo, uso de anticonceptivos hormonales), sistema inmunitario debilitado, uso de ropa ajustada o húmeda.
- Vaginosis bacteriana: relaciones sexuales sin protección, duchas vaginales frecuentes, cambios en el pH vaginal.
- Tricomoniasis: transmisión sexual con una persona infectada.
¿Cuál es el tratamiento más adecuado para cada una de ellas?
- Candidiasis vaginal: antifúngicos como clotrimazol, miconazol, o fluconazol, disponibles en cremas, óvulos vaginales, o pastillas.
- Vaginosis bacteriana: antibióticos como metronidazol o clindamicina en forma de pastillas o geles vaginales.
- Tricomoniasis: antibióticos como metronidazol o tinidazol, generalmente en dosis única.
¿Cómo se tratan las infecciones vaginales?
Las infecciones vaginales requieren tratamientos específicos según el tipo de infección presente. El enfoque terapéutico varía dependiendo de la naturaleza de la infección:
- Candidiasis vaginal: se trata con antifúngicos, disponibles en forma tópica u oral, diseñados para combatir el hongo Candida.
- Vaginosis bacteriana: se utiliza tratamiento con antibióticos, administrados por vía oral o tópica, dirigidos a restaurar el equilibrio de la flora vaginal alterada por bacterias anaerobias.
- Tricomoniasis: requiere antibióticos orales para combatir el protozoo Trichomonas vaginalis, una infección de transmisión sexual que puede presentar síntomas incómodos y recurrentes.
Es importante seguir las indicaciones de un médico para asegurar la eficacia del tratamiento y prevenir complicaciones.
¿Cuándo recurrir al ginecólogo si tengo una infección?
Debes consultar a un ginecólogo si:
- Es la primera vez que tienes síntomas de infección vaginal.
- Los síntomas no mejoran con el tratamiento de venta libre.
- Tienes episodios recurrentes de infecciones vaginales.
- Experimentas síntomas severos como dolor pélvico o fiebre.
- Estás embarazada y tienes síntomas de una infección vaginal.
¿Qué pasa si una infección vaginal no se trata correctamente?
Si una infección vaginal no recibe el tratamiento adecuado, pueden surgir complicaciones significativas que afecten la salud y el bienestar de la mujer. Entre las consecuencias más comunes se incluyen:
- Posibilidad de infección recurrente o crónica.
- Complicaciones en el embarazo: mayor riesgo de parto prematuro, bajo peso al nacer.
- Mayor susceptibilidad a otras infecciones, incluidas las ITS, debido a la vulnerabilidad del tejido vaginal comprometido.
- En casos más severos, como la vaginosis bacteriana y la tricomoniasis no tratadas, existe el riesgo de desarrollar una enfermedad inflamatoria pélvica, una condición que no solo causa dolor, sino que también puede afectar a la fertilidad.
Es crucial buscar tratamiento adecuado y seguir las recomendaciones del profesional de salud para evitar complicaciones.
Cómo influye el calor y el verano en las infecciones vaginales
El calor y el verano pueden influir en el desarrollo de infecciones vaginales debido a varios factores:
Factores que influyen en el verano
Aumento de la humedad y la transpiración: el calor provoca sudoración, especialmente en la zona genital, creando un ambiente húmedo que favorece el crecimiento de hongos y bacterias.
Uso de ropa ajustada y sintética: el uso de trajes de baño, ropa interior sintética y ropa ajustada puede aumentar la temperatura y la humedad en el área vaginal, lo que promueve un entorno ideal para el desarrollo de infecciones, especialmente de Candidiasis.
Mayor frecuencia de actividades acuáticas: pasar mucho tiempo en piscinas, playas y jacuzzis puede alterar el pH vaginal y eliminar bacterias protectoras, facilitando la aparición de vaginosis bacteriana y candidiasis.
Duchas vaginales y productos de higiene: durante el verano, algunas mujeres tienden a usar más duchas vaginales y productos perfumados para sentirse frescas, lo que puede alterar el equilibrio natural de la flora vaginal y aumentar el riesgo de infecciones.
Incremento en la actividad sexual: las vacaciones y el tiempo libre en verano pueden llevar a un aumento de la actividad sexual, lo que incrementa el riesgo de infecciones de transmisión sexual como la tricomoniasis y la vaginosis bacteriana.