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Incertidumbre en Francia ante las elecciones a la Asamblea Nacional

Foto: LUDOVIC MARIN/AFP/DPA
17/06/2024 - 

La primera consecuencia de las elecciones al Parlamento Europeo celebradas el pasado 9 de junio ha sido el anuncio efectuado por el presidente de la República Francesa, Emmanuel Macron, de dar por terminada la legislatura y convocar elecciones generales, después de la derrota electoral sufrida ante el partido Agrupación Nacional de Marine Le Pen.

La reacción inmediata en los mercados ha sido un repunte muy fuerte de la prima de riesgo del país galo, alcanzando niveles no vistos desde 2017.

Según las últimas encuestas, el partido liderado por Le Pen se convertiría en el partido más votado en las elecciones a la Asamblea Nacional, con un abanico de entre 235 y 265 escaños para una cámara de 577 diputados. Con las mejores de esas cifras no alcanzarían la mayoría absoluta y tendrían que negociar con otros partidos para conseguirla.

Los dos escenarios que se contemplan como más probables son, o un gobierno en minoría de la derecha nacionalista, (que supondría un estancamiento político para Francia en un momento complicado, al no contar con fuerza suficiente para legislar), o una mayoría de la derecha, con mayor poder de la derecha nacionalista.

Los períodos electorales siempre generan incertidumbre entre los inversores, pero en este caso, unas declaraciones - a nuestro juicio irresponsables - del Ministro de Fianzas francés, Bruno Le Maire, advirtiendo de que Francia corre el peligro de vivir una crisis financiera similar a la sufrida por el Reino Unido bajo la presidencia de Lizz Truss, ha generado un desplome de la bolsa francesa, además del citado repunte de la prima de riesgo, movimiento al que se han sumado el resto de países más débiles financieramente hablando de la Eurozona, entre ellos España.

EL mensaje trasladado a la opinión pública es que, un gobierno de derecha nacionalista podría verse tentado a ser menos escrupuloso a la hora de cumplir con la ortodoxia fiscal en la UE (Francia sufre un déficit fiscal elevado) y que podría llevar a desencuentros como los que ya vivió Italia en su momento, con la llegada de la Liga al Gobierno.

No este nuestro escenario, ya que pese a que no esperamos que el partido de Le Pen vaya a resultar sumiso a las normas de la UE sin negociaciones que puedan hacer algo de ruido, tampoco esperamos un mensaje radical, ya que este partido ha suavizado mucho el tono en los últimos años.

Desde el partido todavía en el Gobierno se están encargando de trasladar otros mensajes alarmantes como que los partidos populistas de derechas pudieran impulsar un impuesto bancario, algo que junto con el repunte de las primas de riesgo y está lastrando a los bancos franceses... y como la banca es un sector “muy gregario” de paso se está llevando por delante al sector en Europa.

Para dar un poco más de picante a la situación, se dice que las compañías de energía renovable también podrían resultar lastradas bajo un gobierno de derecha nacionalista, al tiempo que sobre la bolsa francesa también podría estar pesando la decisión de aplicar nuevos aranceles a los vehículos eléctricos chinos, (con las probables represalias presentes a compañías del sector automóvil, al brandy y a empresas del sector lujo, muy expuestas a China, y tan presentes en la bolsa francesa).

En el mercado hay miedo a que un gobierno de signo conservador podría interferir en la política económica europea, especialmente en lo relativo al mercado único, (se estaba progresando en el mercado único de capitales o en un fondo de garantía de depósitos único), en la agenda 2030, o al avance hacia una política de defensa única en la Unión.

Las relaciones comerciales y políticas con China es otra de las fuentes de incertidumbre. Nuevos tratados de libre comercio, por ejemplo con Canadá, podrían verse paralizados.

Temores más severos, como el de una posible salida de Francia de la Unión incluso se ha llegado a mencionar, algo que nos parece malicioso e incoherente con el mensaje de Le Pen, que hace mucho tiempo abandonó ese discurso y por la fuerza que tiene sobre partidos afines al suyo en las instituciones de la Unión Europea, lo que significa que sus ideas podrían contemplarse con más fuerza dentro de la propia Unión Europea.

En Alemania y Países Bajos, los partidos más euroescépticos, sí están planteando la posibilidad de convocar un referéndum de salida, pero Italia y Francia, han aparcado esta idea en sus discursos desde hace tiempo y es evidente que Meloni se está mostrando más moderada frente a la Unión Europea.

En resumen y en nuestra opinión, podrían estar sobre reaccionando los activos de riesgo franceses.

Antonio Castelo es analista de iBroker

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