Los hoteles de Murcia salvan el verano por el tirón de los eventos y congresos de septiembre

MURCIA. La época estival en la capital murciana no es la mejor aliada del turismo, ya que con las altas temperaturas los visitantes prefieren las zonas de costa y la ciudad se vacía. Pero no sucede lo mismo en el último mes del verano, ya que el tirón de los eventos y los congresos impulsan el turismo durante septiembre. 

Lo corroboran las cifras. La ocupación hotelera ha alcanzado el 70 por ciento durante el último mes del verano, un 20 por ciento más que en agosto. "Este mes significa la vuelta del cliente conocido como el de congresos, ya que la ciudad acoge importantes eventos de este tipo. Los sectores más potentes en estas reuniones son los económicos y médico-sanitarios", explica Felipe Saldaña, presidente de la Asociación de Hoteles y Alojamientos Turísticos de Murcia (Ashomur).

Desde Ashomur explican que este tipo de turismo sigue en auge y continúa presentando los buenos resultados que años anteriores. El gasto medio diario de los turistas se ha incrementado un 6 por ciento con respecto al año 2023, hasta alcanzar los 71 euros.

Otro de los impulsos que ha tenido el turismo durante el mes de septiembre han sido los conciertos y festivales. Las actuaciones de Robe (cantante de Extremoduro), Melendi y el Visor Fest, han permitido mejorar las cifras hoteleras de los fines de semana. Según explica Saldaña, el turismo de congresos ha dado el impulso durante los días laborales y los conciertos repercuten en los fines de semana.

La ocupación hotelera alcanza el 90 por ciento durante la Supercopa de España

Durante el fin de semana de la Supercopa de España los hoteles de Murcia registraron una ocupación que roza el 90 por ciento, generando un impacto económico de 360.000 euros solo en alojamiento. Este dato supone un incremento del 5% en comparación el mismo fin de semana del 2023.

Desde Ashomur celebran estas cifras, describiendo el evento como "el más rentable para el sector hotelero" justo después del verano, una época en la que los hoteles experimentan normalmente menores niveles de ocupación.