MURCIA. Sólo la Santa Compaña se permitió aquel primero de noviembre salir a la medianoche, recorriendo las calles del continente cristiano que había sucumbido al virus en aquel otoño del 2020. Niños y jóvenes fueron encerrados en sus casas, como antaño, cuando el miedo ancestral a los muertos nos impedía asomarnos a la puerta para ver pasar la tétrica procesión de la noche de Todos los Santos, la de nuestros espíritus, la de las ánimas del purgatorio. Halloween y todo su “merchandising” hollywoodiense también desaparecería pronto del imaginario colectivo.
A la prohibición de salir, cenar, jugar, beber, bailar…, pronto se unió la de enseñar con el cierre total de universidades y colegios. En el Territorio-Este, la ZonaZero-RUSS se había ido preparando desde poco antes de la primavera. LasFin y LasTec se hacían con el control de las escuelas a través del programa de Educación Digital, iniciado en febrero de 2020 y coincidiendo con la llegada del virus, de manos del privatizado Sberbank ruso y su presidente, el ex ministro Herman Gref.
En plena pandemia global, el Sberbank informó que el Ministerio de Finanzas de la Federación Rusa había adquirido una participación mayoritaria en Sberbank PJSC del Banco Central ruso. El mayor banco público ruso se había ido privatizando paulatinamente, aunque bajo el paraguas del Banco Central y con la aquiescencia del gobierno de la Federación.
El paso de gigante lo dio cuando adquirió una importante empresa de Internet para acceder con más facilidad a los datos personales de los ciudadanos, la IT-company Yandex, el Google ruso, y el Mail.ru. La compañía no tardó en retirar la palabra “banco” de su logo y comenzó a incluir productos digitales de todos los ámbitos. Un dispositivo para ver televisión por internet, un asistente virtual y un altavoz inteligente fueron los predecesores del “SmartMarket”, una plataforma propia equivalente a la AppStore de Apple o Google Play.
En marzo del 20, el Sberbank anunciaba el establecimiento de una nueva división llamada Plataformas Educativas Digitales. Sus objetivos clave abarcaban el lanzamiento y desarrollo de una plataforma escolar, una plataforma universitaria, y el desarrollo y ampliación de la School 21. Sendas plataformas consistían en la educación online, a distancia completamente y a través de un aula virtual. Los profesores fueron desapareciendo de la pantalla y de la vida escolar de los estudiantes paulatinamente.
School 21 fue el primer programa de escuela digital del AñoZero. En su página web se anunciaba como “la escuela el futuro”: una innovadora escuela francesa de programación informática llamada École 42. Sin profesores. Sin conferencias. Sin calificaciones. Se calificó como “empresa de tecnología con licencia bancaria”, pero se convirtió en una tienda online.
El MegaDataCenter comenzó a controlar la vida y la muerte del Territorio-Este. A través de la Intercom, se trasladaba a los ciudadanos al Ecosystem, para la solución final de los indaptados. Los renegados de los criptoalgoritmos que se resistían a utilizar las blockchains, las bitcoins y las plataformas digitales para vivir, acabaron por morir. Desaparecieron…, como desapareció la noche de Halloween en el primer otoño del virus.*
*(Extracto de la tarjeta SIM que me dejó en herencia la Tieta, en los momentos previos al CaosPrevio y a la llegada de ELLA).