El que fuera asesor del exministro rechaza su papel de cerebro financiero de la trama y afirma que la contradicción de su declaración con la de Joaquín Barceló se debe a que no ha querido conformarse con la Fiscalía: "Él me dijo que no iba a volver a entrar en la cárcel y que haría lo que hiciera falta"
MURCIA. Francisco Grau, exasesor de Eduardo Zaplana, ha sido este jueves el tercer acusado del caso Erial en declarar en el juicio. En el interrogatorio realizado por la Fiscalía, ha negado que manejara o gestionara dinero del que fuera presidente de la Generalitat y ha rebatido varias afirmaciones realizadas ayer miércoles por el autoreconocido como testaferro del exministro, Joaquín Barceló. Entre ellas, que hubiera entregado a este último cinco millones de euros en una bolsa que pertenecían al que fuera presidente de la Generalitat con la finalidad de sacarlos a Andorra. "En absoluto lo hice", ha señalado.
En ese punto, el representante de Anticorrupción le ha preguntado a qué se debía que Barceló hubiera dicho lo contrario. "Yo creo que usted tiene la explicación", le ha respondido en referencia a que se debe a un acuerdo con la Fiscalía por el que a cambio de la confesión habrá una rebaja de la pena de prisión.
"Es una espada de Damocles la que tenemos encima con sus peticiones de prisión. El señor Zaplana y yo sabemos lo que es la cárcel. Y Joaquín Barceló también. Él y yo estuvimos en la misma celda y sabemos lo que se sufre. Estuvimos solos. Mire, el señor Barceló y yo nos reunimos con frecuencia. Y a principios de diciembre me dijo que no iba a volver a prisión y que iba a hacer lo que hiciera falta. Y que su mujer Felisa no tenía ningún problema. Yo también lo valoré. Pero hay cosas que si yo no he vivido no las puedo decir. Yo no he decidido conformarme. Al terminar la declaración ayer (miércoles), Barceló me dijo: 'Me han obligado a hacerlo'", ha argumentado Grau.
En total, 14 acusados se sientan en el banquillo como partícipes de una presunta trama creada para el cobro de comisiones derivadas de la concesión de las Inspecciones Técnicas de Vehículos (ITV), realizadas en 1997 durante la gestión del expresidente de la Generalitat, y del Plan Eólico de la Comunidad Valenciana, puesto en marcha en 2003. El objetivo habría sido desviar esas cantidades al extranjero a través de numerosas sociedades para blanquearlas y, posteriormente, retornarlas a España. En total, ese desvío de dinero se cuantifica en 20,6 millones de euros.
Grau es considerado el cerebro financiero de la trama de Erial, pero ha rechazado que así sea. Ha admitido tener conocimiento de algunas sociedades que figuran en la causa, como Imison. Aunque ha querido dejar claro que los fondos que ahí había eran de los hermanos Cotino. Imison es la empresa matriz de toda la red. Constituida y gestionada por Beatriz García Paesa, la sobrina del espía Francisco Paesa, la investigación apunta a que para su creación Juan Cotino entregó 640.000 euros en efectivo.
Grau ha asegurado que tuvo conocimiento de su existencia a través de Barceló. "Me dijo que es era una sociedad luxemburguesa y que quería realizar inversiones en España a través de ella. Le pedí datos para contactar con alguien y me dio el teléfono del director financiero de Sedesa (vinculada a los Cotino). Nos vimos en València un par de veces y me documentó sobre qué era Imison, por qué se creó, dónde invertía, qué fondos recibía, etc. Me ilustró del origen de los fondos que había en Luxemburgo. Me dijo que provenía de los hermanos Cotino –Vicente y José, también acusados en este procedimiento–", ha explicado.
Ha proseguido indicando que ese señor, a su vez, le facilitó el teléfono de Beatriz García Paesa, con la que se encontró en varias ocasiones. Sin embargo, ha negado que diera orden alguna a nadie sobre el manejo del dinero de Imison; de que allí se desviara dinero de Zaplana; y de que gestionara o realizara posteriormente transferencias a sociedades panameñas.
Preguntado por si comentó a Zaplana la inversión de Barceló a través de Imision, ha dicho que "no". "En los despachos hay que procurar mantener una estricta confidencialidad", ha añadido.
Grau también se ha referido al dinero de Andorra. Según la causa, las mordidas se desviaron a Luxemburgo y Andorra, algo que Zaplana y Grau siempre han negado. En este punto ha reiterado que nunca dio órdenes "de nada" sobre manejo de cuentas o sociedades, únicamente "instrucciones" sobre cifras que debían figurar en documentos. "Por ejemplo, yo he instruído sobre la cifra del número de participaciones a suscribir y por qué importe", ha indicado.
El fiscal también le ha preguntado por su participación e intervención en las sociedades que habrían servido para canalizar el dinero desde el extranjero con el objetivo de retornarlo a España y realizar inversiones. Aquí aparecen Medlevante, Gesdesarrollo o Costera del Glorio. Según ha comentado, en general era Barceló el que le presentaba las posibilidades de inversiones y pedía asesoramiento. "Yo estoy ahí para facturar y ganar un dinerito. A veces voy a éxito y si no sale bien...", ha dicho.
Aun así, también ha librado a Zaplana de todos estos movimientos. Ha asegurado de nuevo que "nunca" mantenía informado al exministro de este tipo de operativas, aunque sí contaban con él en el caso en que necesitaran su "ayuda" para algo. Pero el papel del ministro lo ha ceñido a algún tipo de intermediación para ayudar a sus amigos y hacerles favores. Una tesis que también mantuvo el propio expresidente de la Generalitat en su declaración.
Como ejemplo ha puesto unos áticos que se iban a comprar y sobre los que hubo problemas y Zaplana medió sin mucho éxito. También fue este último quien le presentó al abogado uruguayo Fernando Belhot –colaborador clave de la Fiscalía actualmente– como inversor y se le pidió ayuda por un negocio por el que ingresó 1.800.000 euros en el banco para que saliera adelante la operación.
En cuanto al motivo por el que elaboró un testamento a Barceló –éste declaró que ni lo pidió ni lo firmó–, ha indicado que no era un testamento sino "una alternativa de otro tipo a lo que podría ser la fiducia. Era para un inversor y, de cara a él, un punto de partida", ha dicho.