Fiesta nocturna en el centro: cero distanciamiento y solo cuatro denuncias en las últimas 'horas de libertad'

CARTAGENA. A falta de que la Región entre en un nuevo estado en esta pandemia que nos empieza a consumir la moral a todos, Cartagena se mostraba en la noche de este pasado sábado todo su apogeo festivo, dentro de las limitaciones horarias hasta ahora. Las calles del centro se convertían, como casi todos los fines de semana, en una multitudinaria fiesta de jóvenes que, lejos de guardar la distancia social, se apiñaban en algunos de sus locales favoritos consumiendo a destajo antes de que empezaran a recoger mesas y sillas. Son los que probablemente disfruten como últimos momentos de libertad en estas franjas horarias que, durante algunos meses, van a pasar a mejor vida.

Tal y como se puede observar en las imágenes, nada parece que haya cambiado en el comportamiento de los jóvenes a pesar de las continuas advertencias por las diferentes administraciones públicas: ningún distanciamiento social, mientras la policía local se limitaba a supervisar, sin apenas amonestar.

El viernes fueron identificaban a 47 personas y se interpusieron solo cuatro denuncias. Hubo 43 posibles infracciones de norma sanitaria. El sábado, por su parte, fueron identificados 42 personas, nadie fue detenido ni tampoco denunciado, solo se notificaron 19 posibles sanciones por no llevar mascarilla.

Mientras, los vecinos de estas calles concurridas: Aire, Cuatro Santos, San Francisco, Honda, se quejan de forma reiterada de la falta de control, las escasas sanciones que se han puesto a pesar de los incumplimientos reiterados, y el elevado número de mesas y sillas dispuestas en algunas de estas zonas, que incluso, dicen, impiden el paso de los viandantes, además de denunciar que algunos locales no están respetando los aforos dentro ni fuera de sus locales.

Tras el cierre de bares, aquellos jóvenes que no quisieron desaprovechar todavía la noche de este sábado se citaron de forma mayoritaria en lugares habituales como Cola de la Ballena, Cartagonova y Cala Cortina, aunque el dispositivo policial de la ciudad preparado para evitar grandes aglomeraciones, facilitó que se produjeran situaciones más comprometidas.