Fotos: EVA MARÍA ROMERA MARTÍNEZ
MURCIA. Volvió la Jornada de Felicidad y Superación organizadas por Pupaclown, Payasos de Hospital, y Afacmur, Asociación de Familiares de Niños con Cáncer de la Región de Murcia, tras una pandemia que forzó su hibernación. Regresaron en su segunda edición generando sonrisas y empatía. La labor que desarrollan estas asociaciones no solo es extraordinaria, sino esencial para conocer lo que realmente es vivir.
"Nadie puede reprimir una lágrima viendo esas bofetadas de verdad al comprender que se trata de hacer fácil lo terriblemente difícil"
La jornada la condujo una maravillosa Encarna Talavera, con su inimitable sello en el universo de los medios de comunicación, comprometida e ilusionada. Andrea Álvarez, de Pupaclown, y Lourdes Albaladejo, de Afacmur, dieron paso a las imágenes de una cruda realidad que demasiadas veces pasa desapercibida en nuestra vorágine diaria. Una realidad en la que los colores de los payasos se mezclan con el de los dibujos de los niños y niñas oncológicos en una explosión de coraje y esperanza. Nadie puede reprimir una lágrima o un escalofrío viendo esas bofetadas de verdad al comprender que se trata de hacer fácil lo terriblemente difícil, de alegrar aquello que es tan triste, o de hacer llevadero lo insoportable.
Participé en estas Jornadas por la llamada de Adolfo Espín Escudero, promotor de las mismas y persona motivadora donde las haya. Allí me reencontré a María Meseguer que, como bien dice, fue el nexo de unión. Y es que está claro que personas con tanta luz tienen un hilo conductor que las enlaza.
Comenzamos la primera parte '¿Por qué lo llaman resistir cuando se dice aprender?' con Laura Juguera hablándonos de la pandemia en el frente, de los estragos físicos y psicológicos de la covid-19, de la humanización del personal sanitario y de su propia experiencia. Burnout más allá de los aplausos. Después llegó mi turno con la felicidad como algo proactivo y la superación mediante mi testimonio personal. Estaba casi recién aterrizada de un congreso de investigación en Antibes, pero antes de ir había dejado preparadas unas diapositivas bajo el título '¿Llevas puesta tu felicidad?'. Si alguien me pregunta ahora lo que dije, solo puedo responder que las palabras nacieron de mis imágenes, que son vivencias, naturales y libres para ser compartidas. Y que de dentro hacia fuera no es necesario anotar.
"Hay momentos en los que eres consciente de que estás entre personas buenas, en el lugar apropiado, en el momento preciso"
En la segunda parte abordamos 'El arte de buscar la felicidad'. Escuchando a Juan Cayuela casi hicimos un recorrido energético a lo largo del globo. Nos trajo la reconexión de las personas con el resto del mundo, la importancia de expresar el amor y la gratitud, de abrazar, reconocer y de bailar. Y bailamos, con los más pequeños pidiendo continuar danzando. Alguno incluso dijo no ser feliz para terminar alcanzando la felicidad en milésimas de segundo. Y luego llegó Francisco Carpena, Fito, espléndido. Su magia es innata y nace de ser amigo de la alegría, pase lo que pase. Es capaz de adaptar el movimiento de un tul azul al de las olas del mar y, si la persona no se motiva, encontrar en qué convertir el trozo de tela hasta hacerla sonreír. Su psicología se ha desarrollado para dibujar sonrisas, ese es su lenguaje y hasta que no las logra, no desiste en su empeño. Aprendimos japonés, hicimos kárate, volvimos a bailar, nos colocamos unas gafas, hicimos competiciones de canto por equipos (camaleones vs hipocampus) y mil cosas más.
Con Fito viví una anécdota, ya que no oír genera también situaciones divertidas: Juan propuso un ejercicio en el que poníamos nuestra mano sobre el hombro derecho del compañero y mirándonos nos deseábamos algo. Me tocó realizarlo con Fito, y como quiera que debía mirar a la persona y a la intérprete de lengua de signos situada al lado porque quien nos dirigía hablaba a mis espaldas y no tengo ojos circundando mi cabeza, cogí la interpretación a medio y con las mismas le espeté algo como: "Eres muy importante para mí", y él, siguiendo el hilo de la voz de Juan con cara de asombro, me dijo: "Te deseo salud". Vamos, lo que vino a ser una declaración en toda regla de esas que el otro se pasa por el arco del triunfo. Para terminar, Marcos Salvador Romera, que no pudo asistir por covid, nos obsequió con una bonita lámina.
Hay momentos en los que eres consciente de que estás entre personas buenas, en el lugar apropiado, en el momento preciso. El altruismo no debería ser una opción y la entrega a los demás podríamos entenderla como una muestra de respeto hacia uno o una misma. Los movimientos asociativos a veces son denostados, y utilizados, pero su nacimiento se da por la falta de respuestas por parte de lo ya establecido. Es entonces cuando los seres humanos nos unimos desde la experiencia vivida y surgen asociaciones sin las cuales nuestra sociedad sería un despojo, un ente sin voz y, lo que es peor, sin corazón.
Los tres poderes reiteran paradas cardiorrespiratorias en demasiadas ocasiones pero la supervivencia está en el ADN de cualquier ser vivo. Nadie sabe cuándo le va a tocar se víctima de una enfermedad, sufrir una discapacidad o tener una merma en su vida. La superación de la dificultad es entonces la única opción de vivir sin que importe el tiempo. Y es allí donde son tan necesarias las sonrisas.
Colabora:
Celia Martínez Mora
Investigadora