¿Te abruma la ansiedad ante lo que este 2023 nos tiene preparado? ¿Estás atrapado en una tediosa sobremesa navideña y necesitas un pequeño agujero de evasión? ¿Has respondido ya 400 veces a las preguntas habituales de cada año sobre tu futuro laboral, tu vida sentimental o tus perspectivas sobre traer churumbeles al mundo y ansías cualquier otro tema de conversación? ¿Te estás planteando prenderle fuego al mantel si alguien vuelve a decir 'feminazi' o 'golpista'? Si has respondido afirmativamente a cualquiera de estas preguntas, tengo la solución para ti. Un año más, he recurrido a técnicas ancestrales de magia oscura para viajar al futuro y averiguar los principales acontecimientos que nos deparan los doce meses que se avecinan. Así que te propongo sustituir las habituales tertulias navideñas por un repaso a lo que el porvenir ha ideado para nosotros. Puedes encerrarte en el baño para leerlo en paz o desatar el caos convirtiéndolo en un debate colectivo. Tú eliges.
Pablo Iglesias y Yolanda Díaz coinciden en casa de unos amigos comunes para hacer un maratón de la tercera temporada de Emily in Paris y preparar una merienda-cena a base de crepes dulces y salados. ¿Creéis que voy a contar que después de 800 horas de tópicos yanquis sobre los franceses y petardeo neoliberal made in Netflix consiguen acercar posturas e impulsar un proyecto unitario de izquierdas? ¡Pues claro que no, esos barrancos no los arregla ni un producto audiovisual tan fascinante como el protagonizado por Lily Collins! Eso sí, gracias a un consistente proceso de escucha, logran ponerse de acuerdo en cuál es su estilismo favorito de la serie. No voy a desvelar el look de Emily que obtiene el consenso para no hacer spoiler, hay cosas con las que se juega.
Después de meses de negociaciones, vetos, histeria, dramas, aspavientos y crujir de dientes, por fin se desbloquea el nombramiento de los nuevos magistrados del Tribunal Constitucional. Así, las cuatro vacantes serán ocupadas por Peppa Pig, una palmera, el contenido misterioso del baúl de un mago y varios participantes de La isla de las tentaciones que ejercerán turnos rotatorios y, según declararán a Sandra Barneda, tomarán todas sus decisiones "haciendo lo que sientan en cada momento". Sí, todos esos candidatos son juristas, aunque tú no lo sepas. A fin de cuentas, en realidad tampoco sabes cómo funciona el CGPJ, así que no deberían sorprenderte tanto el asunto. Como pasatiempo para las presentes sobremesas navideñas, sugiero a los lectores tratar de averiguar cuáles serán nombrados por el Gobierno y cuáles por los propios jueces.
Una vez agotadas sus incursiones en el diseño de moda y joyería, la alta cocina y la venta online de plantas bebé, Tamara Falcó decide probar suerte con la política y comienza un candoroso, entrañable y simpatiquísimo periplo que, en tiempo récord, le lleva al liderazgo de VOX. Su sección en El Hormiguero continúa, más o menos, con el mismo contenido y tono de siempre. La hormiga Trancas es nombrada asesora de la marquesa de Griñón, mientras que Barrancas es descartada por no ser suficientemente ultraconservadora (lo de que no quieran dejar abortar a niñas de 12 años violadas por su padrastro le parece excesivo).
Con Tamara al frente, el fascismo vuelve por fin a ser elegante, como en los años 30. Reaccionarios, sí, pero con abrigos de corte impecable y excelentes tejidos. Apartado de la primera línea del partido, Abascal descubre su verdadera vocación como feriante a cargo de la atracción El Canguro Loco y sustituye la tradicional banda sonora de Camela por diferentes versiones del himno de España en bucle.
Se descubre una isla en el océano Pacífico en la que distintos magnates de todo el mundo descuartizan por placer a niños, ancianos y cachorros. Una vez grabado todo el proceso, fabrican empanadillas con su carne que son servidas en gozosos banquetes exclusivos. Al poco, el enclave es elegido como sede para el Mundial de Fútbol de 2030 por su excelente clima, sus maravillosas oportunidades económicas y la buena reputación que ostenta entre las élites internacionales. Ante la ausencia de instalaciones deportivas adecuadas, comienza contrarreloj un proceso de construcción de estadios a base de mano esclava que deja 800.000 muertos y tres millones de mutilados, pero nadie arma demasiado revuelo porque la mascota del evento es una tortuguita adorable que nos roba el corazón.
Ante la falta de entusiasmo que suscitan las instituciones de la Unión Europea en la ciudadanía y la trama de corrupción que ha salpicado a su Parlamento, se decide que la persona ganadora de Eurovisión sea nombrada presidenta de todas esas grises instituciones bruselenses que en realidad nadie conoce ni valora. El triunfador del certamen musical es el representante de Australia, un barítono disfrazado de zapato fosforescente cuya canción es en realidad un conmovedor repaso de sus últimos tickets de la compra en su colmado de confianza de Brisbane.
El tema se convierte en el más escuchado del año en Spotify. Especial atención merece su pegadizo estribillo, en el que incluye el papel higiénico, las latas de atún y unos plátanos. La población de la UE celebra eufórica su victoria, pues lo considera una figura mucho más carismática que quienes quiera que sean los insípidos burócratas que están al mando ahora. ¡Por fin un líder ilusionante para los asuntos comunitarios!
Las temperaturas en la península ibérica baten un nuevo récord con 20 días ininterrumpidos de máximas de 50 °C en todas las capitales de provincia. Los viandantes desplomados por golpes de calor se amontonan por las esquinas. Tras seis meses sin lluvia, la sequía es generalizada y ya se ha perdido la cuenta de la cantidad de especies en inminente peligro de extinción. Podríamos juntarnos a llorar, pero estamos todos deshidratados y convertidos en un magma sudoroso. Los cuñados negacionistas de turno defienden que en esta época del año siempre ha hecho calor y que la gente es muy exagerada.
Nueva tragedia en la valla de Melilla. Mueren 60 personas migrantes mientras trataban de entrar en territorio español y otros 135 son devueltos en caliente a Marruecos sin posibilidad de pedir asilo. Se publican vídeos de la Guardia Civil utilizando material antidisturbios contra ellos y de la gendarmería del país vecino dando palizas a diestro y siniestro. Preguntados sobre el incidente durante su visita a una tienda de salazones, Pedro Sánchez y Marlaska lanzan las siguientes declaraciones: "Las autoridades marroquíes son una gente muy chachi", "Derecho internacional, LOL" y "Uy, con el PP sería mucho peor". Luego posan sonrientes ante las cámaras tomando unas anchoas. A la opinión pública española el tema de la violencia hacia los migrantes le da entre igual y muy igual.
Fuera caretas: se descubre que existe una conspiración mundial para ir adelantando cada año el inicio de la Navidad con el objetivo de desquiciarnos a todos en un torbellino infernal de espumillones, masificación en las calles, angustiosos compromisos sociales, consumismo exacerbado y obligada alegría de cartón piedra. Destapado el pastel, se instaura por decreto que a partir de ahora las Navidades comienzan el 16 de agosto. Turrones, chanclas, sandías y adornos con forma de reno se entremezclan en los estantes de las grandes superficies (cuyo hilo musical, por supuesto, queda dominado por los villancicos más estridentes jamás creados por el ser humano). Aprovechando la Operación Salida estival, se establecen controles rutinarios de espíritu navideño, quienes suspendan se enfrentan a multas y penas de prisión de seis meses a tres años.
Hartos de un mundo que avanza demasiado deprisa y del que cada vez entienden menos, un grupo de hombres pesadísimos organizan el comando paramilitar SGCGDDLC (Señores Gruñones Con Ganas de Dar la Chapa). ¿Su objetivo? Quejarse muy fuerte de todo lo que no les parece bien que exista por nimio e insignificante que sea y reivindicar su derecho a ser racistas, homófobos, sexistas y repugnantes en general sin que nadie les pueda llevar la contraria. Su ideario es difundido en múltiples columnas de opinión, tertulias mediáticas, hilos de Twitter, bares y oficinas.
El comando pronto pasa del plano verbal a la acción: cada fin de semana secuestran a unos cuantos jóvenes, los llevan a la fuerza a una cabaña en el bosque y comienzan con un proceso de tortura psicológica consistente en soltarles turras interminables sobre cómo antes todo era mejor, sobre que esos chavales son una generación de cristal que no aguanta nada y sobre lo mal que se hace todo cuando no son ellos quienes toman las decisiones. Hasta que los muchachos no admiten que hace falta que vuelva la mili y se comen doce chuletones, no les dejan regresar a casa. Un día, uno de los jóvenes secuestrados nombra al elfo negro de la serie de El Señor de los Anillos y los integrantes del SGCGDDLC sufren un ataque de ansiedad debido, dicen, a la decadencia de los valores occidentales.
Ante la imparable escalada de precios en los productos de alimentación y los alquileres (con un kilo de tomates a 800 euros y un piso de 13 metros cuadrados a 13.000 euros al mes) comienza a arrasar el Cartoning. Esta nueva moda viral abraza la sostenibilidad, pues plantea no solo vivir en casas hechas de cartón bajo un puente, sino sustituir la cesta básica de alimentos por cartones recogidos de los contenedores.
Los principales medios se llenan de artículos elogiando los beneficios de esta nueva práctica. Proliferan los posts inspiradores de Linkedin relatando historias de superación entre embalajes de neveras. Surge la figura del Cartocoach, un experto que te proporciona las claves para abrazar este estilo de vida con éxito. Entre los consejos para convertirte en un auténtico cartoner está implementar una dieta variada que combine cartones mojados y secos y pintar de colores las cajas que uses para dormir para darle mayor dinamismo a tu rutina. ¡No importa la edad que tengas, si eres proactivo, emprendedor y no tienes miedo a los nuevos retos, tú también puedes practicar el Cartoning! El gobierno más social de la historia pone cara de pena, hace un directo de Instagram explicando los preocupados que están con el tema.
Elon Musk admite que solo quiere que todo el mundo le quiera y que le diga que es un tío muy guay. En vez de ir a terapia para abordar sus carencias afectivas y sus tendencias megalómanas, inicia una gira mundial con un cartel en el que anuncia que regala abrazos. Ante el fracaso del proyecto, se recicla como artista multidisciplinar y triunfa con una performance en la que se tira por encima zumos de piña y botes de mayonesa de marca blanca y luego llora desconsoladamente durante 45 minutos.
Pocos días antes de las elecciones generales, un terremoto sacude el panorama político español. Los rumores eran ciertos: tal y como sospechaban múltiples tuiteros por todas esas fotos en las que aparecen mirándose con fervor, se desvela que Pedro Sánchez y la reina Letizia mantienen un romance furtivo desde hace años y ya no pueden soportar vivir su amor en la clandestinidad. Conscientes de la presión mediática e institucional que les espera, deciden huir a Bali, donde montan una escuela de yoga y cocina macrobiótica.
Mientras ellos inician una nueva vida alejados de los focos, el escenario postelectoral por estos lares es tumultuoso. Tras un par de exclusivas en el HOLA, Tamara Falcó es nombrada presidenta de España en un gobierno de coalición de VOX con el PP. Mal para los Derechos Humanos, bien para Mario Vargas Llosa. De vicepresidente colocan al señor genérico número 5 del Partido Popular que le parezca bien a Ayuso en ese momento. Doscientos millones de politólogos implosionan en antena analizando el fenómeno. Íñigo Errejón comenta que si hay quedada para ver la cuarta temporada de Emily in Paris, él también quiere asistir.