proyecto pionero en el municipio de san javier

Evitar la expulsión y recuperar las ganas de ir a clase: objetivos del programa Ala para el entorno escolar

22/04/2022 - 

SAN JAVIER. Favorecer el cambio de actitud y, con ello, crecer a nivel personal y profesional. Este es el pensamiento que llevó a la asociación Albores y al Ayuntamiento de San Javier a poner en marcha el pasado mes de noviembre el programa 'Ala', que pretender favorecer el derecho a la educación y la convivencia escolar para aquellos alumnos con conductas problemáticas.

"Se trata de un proyecto transversal que tiene como objetivo principal prevenir y actuar ante conductas no deseables entre los alumnos de los centros del municipio", explica el alcalde de San Javier, José Miguel Luengo. "Este programa abre un camino a la transformación, solventando las dificultades que frustran el proyecto de desarrollo de algunos jóvenes", señala por su parte Rafael Llor, director general de Albores. Tras unos meses funcionando, el balance tanto de la asociación como del Ayuntamiento de San Javier es inmejorable. "Lo que nos transmiten los centros en los que está implantado el programa es que están muy contentos. Era una demanda del sistema educativo del municipio desde hace tiempo. Porque algunos alumnos provocaban la expulsión", señala la concejala de Derechos Sociales de San Javier, Estíbaliz Masegosa. "El balance es muy positivo. Hemos encontrado una alternativa a la expulsión", señala Llor.

Los medios con los que cuenta este programa de intervención son dos educadores sociales, que trabajan en los institutos, una coordinadora y un equipo de psicólogos y especialistas para la atención más personal de los jóvenes. El perfil de los alumnos susceptibles de beneficiarse de este programa es el de aquellos que se encuentran inmersos en un proceso disciplinario o que han sido expulsados por el centro, aquellos que presentar claras conductas disruptivas y un tercer grupo que da muestras de conductas de riesgo. Cada centro contará con un aula alternativa para trabajar con los alumnos, que serán derivados por los centros, y otra aula, en las instalaciones de Educación de Adultos, para trabajar con los alumnos que ya han sido expulsados.

Las malas conductas suelen ser consecuencia de problemas que se arrastran a nivel de personalidad o que trasladan problemas de casa al entorno escolar. “La conducta es el lenguaje de aquello que no sabemos explicar. Cuando no logras explicar que te ocurre, lo manifiestas a través de tu conducta”, señala Llor. "Los alumnos que participan en este programa son chavales con dificultades de adaptación, por diversas razones, al entorno escolar. El objetivo que manejamos en el programa 'Ala' es generar experiencias que les permitan relacionarse mejor en el entorno educativo. No como un castigo, sino como una oportunidad", añade Llor.

Una oportunidad que tienen que mostrar como tal, algo no siempre fácil porque significa, de alguna forma, reconocer un error propio. "No se les impone. Se les invita a venir. Les ofrecemos un espacio en el que puedan mejorar aquellos que, de alguna manera, están en una situación de riesgo", afirma el director general de la asociación Albores. "La atención es personalizada. Con cada uno se siguen unos itinerarios distintos", añade la concejala de Derechos Sociales. "La idea es que pierdan el menos número de clases posibles. Por eso se aborda desde el mismo centro. Se trata de que recuperen las ganas de ir a clase sin sacarlos del sistema", afirma Masegosa.

Los problemas que afrontan los jóvenes de ahora no son muy distintos a los que tenían los de antes, pero sí se amplifican con las redes sociales. "Los conflictos son los de siempre, pero con las redes sociales esos problemas te persiguen. No se quedan en el entorno escolar", afirma Estíbaliz. "Ahora estos conflictos en el aula se ven más. Las redes hacen que aparezcan más rápido y de forma más evidente. Los problemas son los mismos pero las redes lo multiplican", señala Llor. "Lo que si hemos visto con la pandemia, es el aumento de los problemas de salud mental".

El programa, pionero en San Javier, también se está aplicando en Sevilla y el objetivo es ampliarlo a más sitios. "Queremos ampliar este tipo de programas a la familia, al entorno de la comunidad", apunta Llor para tratar de mejorar, en definitiva, la convivencia social desde la raíz.

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