MADRID. La invasión rusa de Ucrania ha agravado el problema de la falta de conductores profesionales en el mercado europeo del transporte de mercancías por carretera, añadiendo más de 166.000 puestos vacantes a los entre 380.000 y 425.000 que se estimaba que había a finales de 2021.
Se trata del número de camioneros de Ucrania, Bielorrusia y Rusia que trabajaban en Europa y que podrían haber dejado sus puestos de trabajo debido al conflicto, según datos facilitados a Efe por la Asociación del Transporte Internacional por Carretera (Astic) basados en el estudio The European Road Freight Rate Development Benchmark.
Entre los impactos que se han sentido y se sentirán tras la invasión de Ucrania
se encuentra una pérdida adicional de mano de obra en el sector logístico de Europa, donde, durante mucho tiempo, su disponibilidad ha sido un problema, sobre todo de conductores profesionales de vehículos pesados, motivado por varios factores que hacen que esta profesión no resulte atractiva. Y no sólo en Europa, sino también en otras partes del mundo como Japón o incluso Estados Unidos.
Entres esos factores, destacan el elevado coste económico que supone acceder a dicha profesión, la dureza del ejercicio físico que exige, las condiciones laborales ofrecidas, el estancamiento salarial o el escaso reconocimiento social de la profesión.
En España, se suma, además, la enorme fragmentación del sector de transporte terrestre de mercancía, que cuenta con más de 104.000 compañías, de las que sólo un 4 % son grandes empresas.
Del total de puestos de transportistas que estaban vacantes en Europa al cierre del año pasado, entre 80.000 y 100.000, correspondían al Reino Unido; 80.000, a Polonia; entre 57.00 y 80.000, a Alemania; 71.000, a Rumanía, y 34.000, a Francia, de acuerdo con el estudio, realizado en abril por Upply, Ti y la Organización Mundial del Transporte (IRU), de la que Astic es miembro activo desde 1960.
El siguiente país con más vacantes es España, donde los puestos sin cubrir han aumentado de 15.000 a una cifra de entre 18.000 y 20.000, a lo que pudo contribuir la pandemia, que ha ralentizado en 2020 las nuevas altas, al realizarse menos exámenes de conducir, al tiempo que ha disparado el comercio electrónico, lo que, a su vez, ha incrementado la demanda de movilidad de mercancías por carretera.
En España, el tercer país de la UE más dependiente de la carretera, por detrás de Irlanda y Chipre, es clave atraer a los jóvenes para paliar la falta de relevo generacional, teniendo en cuenta que el 72 % de los transportistas de mercancías y el 52 % de los conductores de autobús tienen más de 50 años.
Tras España, se sitúa Italia, que necesita entre 17.000 y 20.000 conductores profesionales, seguida de Lituania, donde faltan 10.000; Países Bajos (7.000) y Bélgica (4.000).
Polonia y Lituania son los países de la Unión Europea (UE) que emplean al mayor número de conductores extracomunitarios, dado que, del total de 228.000 certificados como profesionales en el transporte de mercancías por carretera en circulación a finales de 2020, 103.000 (un 45 %) se habían emitido en Polonia y 67.000 (un 29 %), en Lituania.
En Polonia, casi el 30 % de los conductores que trabajan en el transporte internacional son extranjeros y, en su mayoría, de países no pertenecientes a la UE, de los cuales alrededor del 75 % son ucranianos y en torno al 20 %, bielorrusos.
No obstante, algunos operadores polacos de transporte de carga aseguran que hasta el 80 % de sus conductores proceden de esos países, por lo que están "desesperados" por cubrir todas estas vacantes, siempre según el citado informe.
Este alto nivel de empleo de ciudadanos, principalmente de fuera de la UE, se debe a su vecindad natural con Polonia y la falta de diferencias culturales significativas.
Debido a la escasez de personal nacional, el gobierno polaco facilitó trabajo a ciudadanos de Ucrania, Bielorrusia, Rusia, Georgia, Armenia y Moldavia, a los que, además, se agilizó la obtención de permisos de trabajo para extranjeros.
En Lituania, la mayoría de esos conductores de terceros países también son bielorrusos, rusos y ucranianos.
Tras la invasión rusa el pasado 24 de febrero, Ucrania anunció el estado de emergencia militar, que impuso automáticamente la prohibición de salir del país a los hombres de entre 18 y 60 años.
Los que estaban en el país en ese momento, incluidos los que trabajaban como camioneros, no pudieron irse, mientras que muchos otros que vivían fuera, regresaron a Ucrania.
También hubo casos en los que, dada la situación, no se prorrogaron las tarjetas de residencia o permisos de trabajo de conductores rusos y bielorrusos, mientras que algunos empleadores en Europa han rescindido contratos laborales con camioneros procedentes de esos dos países.
Además, los conductores rusos y bielorrusos también son reacios a conducir en Europa y están regresando a sus países de origen.