SUPLEMENTO MONOGRÁFICO 

Especial Economía Verde: cuando el progreso no está reñido con el cuidado del planeta

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15/03/2021 - 

MURCIA. El sistema en el que se genera valor pensando solo en accionistas o cuentas de resultados dará paso a un nuevo modelo en el que es indispensable tener en consideración el impacto social y ambiental de la actividad. El modelo económico que ha seguido la gran mayoría de países del mundo, tanto desarrollados como subdesarrollados, ha dejado a la presente generación en una delicada encrucijada: reinventarse o morir. No por capricho o por vivir mejor en términos de comodidad, sino porque los recursos naturales del planeta no dan para más. Así de sencillo. Una situación sobre la que algunos expertos venían alertando desde hace décadas, pero que nadie ha querido escuchar con demasiado entusiasmo.

Tras muchos años de debate sobre la existencia o no de un cambio climático real y palpable, el drama se ha acabado por demostrar. Después de innumerables estudios e investigaciones, la conclusión ahora es incuestionable. Nuestro estilo de vida no solo es contaminante, sino que además produce de forma intensiva. Algo que termina en el agotamiento de los recursos y en la asfixia de la regeneración natural de los mismos.

En definitiva, consumimos mucho más de lo que generamos y, por tanto, el sistema es finito. Pero además ese final sería catastrófico. Existencial. Es por eso que las autoridades internacionales se han propuesto poner fin a este sistema —en el que sus industrias y empresas generan valor pensando únicamente en sus accionistas o en la cuenta de resultados— para iniciar una transición hacia un nuevo modelo en el que será indispensable tener también en cuenta el impacto social y ambiental de la actividad.

Mario Urrea (61 años) preside la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) desde agosto de 2018. El organismo, dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica (MITECO), tiene que afrontar una serie de retos en materia hídrica y de calidad de las aguas que viene acumulando la Región de Murcia. Entre los retos más acuciantes destacan las medidas y decisiones que requiere el acuífero sobreexplotado del Campo de Cartagena, la situación del trasvase, la recuperación de los caudales ecológicos y la necesidad de garantizar los derechos reconocidos.

El objetivo de la CHS es trazar un consenso con todas las administraciones, colectivos ecologistas, agricultores y empresarios para conseguir unos valores ambientales con los que compaginarlos con la rama socioeconómica de la cuenca del Segura. En esta entrevista Urrea recorre esos retos a los que el organismo tiene que hacer frente con carácter prioritario, como cuáles son los planes para solucionar la problemática del acuífero del Mar Menor, la normativa sobre las aguas del Acueducto Tajo Segura, el trasvase y la situación de las presas de inundación de Lorca y Tabala.

La aplicación de la última tecnología en descarbonización, complementada con el resto de las medidas para reducir la huella de carbono, ha supuesto un importantísimo avance en los últimos años. El reto por cumplir los objetivos a los que se ha comprometido la UE conlleva que las grandes industrias de los sectores químico y naval de Cartagena hayan tenido que agudizar sus conocimientos, tecnología y formación para reducir a la mínima expresión las emisiones contaminantes.

El Parlamento Europeo se comprometió a que la UE reducirá dichas emisiones de gases un 55% en 2030 y será totalmente neutra en 2050, algo que no sucederá si las empresas no se suman a la propuesta. La utilización de la energía verde, a través de los ecocombustibles, plantas solares, energía eléctrica renovable, digitalización, IA o Smart Factory son parte de los procesos emprendidos por algunas de las grandes firmas implantadas en el polo industrial y químico del Campo de Cartagena.

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