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EL PODER Y LA PALABRA / OPINIÓN

¡Es la temperatura, estúpido!

Foto: AYTO CARTAGENA
30/07/2023 - 

MURCIA. Los negacionistas no se enteran. El cambio climático existe y nos está afectando mucho. Que nos lo pregunten a los murcianos, que para eso somos los españoles más conscientes de la gravedad de esta crisis. El 80% estamos preocupados por la gravedad de esta situación, según un reciente estudio de la Fundación AXA.

"existe una correlación entre el comportamiento político y la temperatura ambiente"

Lo que no se sabía hasta ahora es que el cambio climático tiene consecuencias políticas. Lo que comenzó siendo una intuición durante la agitada y convulsa legislatura pasada ha terminado por consolidarse como una sólida hipótesis científica que voy a regalar hoy al mundo académico y científico: existe una correlación entre el comportamiento político y la temperatura ambiente. Pueden sonreír lo que quieran, pero no tardarán mucho los politólogos serios en considerar con rigor este adelanto que acabo de hacer en exclusiva. Escrito queda para la posteridad en las hemerotecas. Al tiempo.

Piénsenlo con detenimiento: ¿Cómo se explicaría el ininteligible comportamiento de Ciudadanos estos pasados años, si no fuera por el estrés térmico de sus líderes? Le he estado dando muchas vueltas hasta ahora, leyendo manuales de psicopatología del liderazgo liberal sin obtener respuesta sólida alguna. Ahora estoy convencido de que esta nueva línea de investigación sobre el calentamiento global nos dará las claves de su errática e incomprensible trayectoria. En el sobre calentamiento de las meninges debe estar, sin duda alguna, la respuesta.

Ya se sabía por informes de la OMS y de diversas organizaciones médicas que las altas temperaturas afectan seriamente a la salud: aumentan los niveles de los contaminantes en el aire que agravan las enfermedades respiratorias y cardiovasculares, provocan deshidratación, debilidad, fatiga, náuseas, malestar, mareos, e incluso pérdida de conciencia. Además, afirman estudiosos del tema que con el calor tendemos a estar más enfadados y agresivos (hay literatura científica al respecto). O sea, que las altas temperaturas nos afectan seriamente física y psicológicamente.

"con el calor Iban a votar con el hígado mientras que los madrugadores lo hacían con corazón y la cabeza"

Vamos con las novedades. Nuevas investigaciones sobre los procesos de tomas de decisión sugieren que los climas más cálidos deterioran la capacidad de toma de decisiones complejas. Esto se ha estudiado, sobre todo, en la toma de decisiones como consumidores (¿y qué son los procesos electorales sino toma de decisiones de compra?). Pues bien, además del deterioro cognitivo, el calor se asocia a la toma de decisiones guiadas por la emotividad, mientras que las temperaturas más bajas parecen ligadas a tomas de decisión basadas en la racionalidad. ¿Van siguiendo mi impecable razonamiento?

¿A quién le extraña que los profesionales de las empresas demoscópicas anden deprimidos por no haber acertado en sus pronósticos el pasado domingo? Pero no hay que hacer leña del árbol caído. Era la primera vez que se celebraban elecciones con estas temperaturas y no han tenido oportunidad de incorporar esta variable a sus cálculos. Pero a partir de mi artículo de hoy ya no tienen excusa. Deben ponerse a investigar urgentemente para establecer correlaciones entre aumento de temperatura y orientación del voto.

Al igual que Newton puso en marcha su ingenio al sentir sobre su cabeza la manzana del árbol, yo me caí del guindo y sentí mi cerebro espoleado al ver las caras esperanzadas e ilusionadas de los votantes que acudían frescos y relajados a votar a las nueve de la mañana, y compararlos con los rostros descompuestos, sudorosos e indignados de quienes hacían cola frente a su mesa electoral bajo un sol de justicia. Estos últimos parecían ir buscando una víctima a quien ejecutar, tenían cara de querer ajustar cuentas, o de querer vengarse de alguien. Iban, claramente, a votar con el hígado, o con el riñón, mientras que los madrugadores parecía que lo hacían con corazón y la cabeza.

A ver si están más atentos, queridos lectores, ya lo expliqué en un artículo anterior: todos tenemos un órgano electoral predominante, pero los últimos descubrimientos nos indican que, al aumentar la temperatura, puede existir un desplazamiento descendente; es decir, que las tomas de decisiones pueden realizarla órganos menos nobles, y claro, esto puede tener consecuencias electorales irreparables.

Concluyo. Convocar unas elecciones en plena canícula, en medio del anticiclón Caronte ha sido una opción de alto riesgo que, lógicamente, ha tenido consecuencias desconcertantes, complejas e imprevisibles, pero intentar llegar a acuerdos sensatos durante el mes de agosto auguro que será una misión imposible. No se enteran.

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