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tribuna libre / OPINIÓN

Enfermería a la fuga: la sanidad privada es inviable sin estos profesionales

5/11/2022 - 

MURCIA. Lograr la estabilidad de las enfermeras y enfermeros en los centros privados y concertados es casi una misión imposible. Todo el mundo ha vivido durante la pandemia la necesidad de ampliar el colectivo de profesionales de la enfermería, en sus centros.

Durante unos meses, ha sido una de las profesiones más demandadas para cubrir las necesidades sanitarias de los ciudadanos. Este hecho ha provocado un éxodo de profesionales de la privada a la pública. No se lo han pensado.

Las ventajas son evidentes: menos cargas de trabajo, sueldos dignos y no precarios, sin largas jornadas laborales... Todo este panorama ejerce una gran presión para que al mínimo llamamiento de la sanidad pública se produzca una desbandada de la enfermería. ¿Cómo competir con eso?

"España está perdiendo muchos profesionales de enfermería que están emigrando a otros países europeos con mejores condiciones"

La respuesta es clara: no hay medios. Hasta el momento, nuestra mejor herramienta ha sido la de hacer contratos de larga duración o indefinidos, adaptar, dentro de las posibilidades, las jornadas laborales a las necesidades de los trabajadores, elección de servicios para desempeñar las competencias. Pero, ahora ya no es suficiente.

Nuestra mayor bolsa de trabajo es el graduado recién terminado; jóvenes motivados, con vocación e ilusionados por entrar en el mundo profesional. Esta fortaleza del sector se veía reforzada después de su primer año laboral, porque se les convertían en trabajadores fijos. No se le podía pedir más a la vida. Seguridad en el empleo, desarrollando competencias profesionales y adquiriendo experiencia dentro de la empresa.

Desde el sector privado asumíamos que ese profesional después de unos años (cada vez menos en los últimos tiempos) tomaría la decisión de dar el salto a la pública, pero esto siempre se hacía de forma escalonada dentro de la empresa, lo que permitía empezar a formar a los siguientes. Así el centro no perdía capacidad productiva en términos de desempeño.

Pero agotadas las bolsas de empleo de la pública, por la demanda de la situación y porque se ha puesto en evidencia la falta de profesionales de enfermería en el sistema, ¿ahora qué? ¿dónde buscamos a los profesionales?

Por otra parte, España está perdiendo muchos profesionales de enfermería que están emigrando a otros países europeos con mejores condiciones, con más estabilidad, con más reconocimiento.

Eso provoca que cuando el sistema sanitario español los necesita, como ha sido el caso de la pandemia, no los tengamos y el sistema público haya tenido que competir entre comunidades para conseguirlos o recurrir a las universidades (nuestra bolsa de empleo), e incluso retrasar permisos o vacaciones de sus propios profesionales. ¿No debería esto hacernos reflexionar?

Necesitamos revertir esta situación, la sanidad privada se encuentra debilitada, necesitamos ayuda de las instituciones sanitarias y que se busquen fórmulas que ayuden al mantenimiento del sistema en ambas direcciones y por supuesto que motiven a los profesionales.

La enfermería, tanto del sector público como privado, está cansada del sistema de contratación que se está llevando en la actualidad. Supone rotaciones de puesto de trabajo demasiado frecuentes, contratos inestables, inseguridad profesional, sistema de puntuación de bolsa que exige estar continuamente en alerta para mantenerse posicionado, situación que genera ansiedad entre el colectivo.

Y por supuesto no podemos olvidar la desigualdad de puntuación en función de si trabajas en la pública o en la privada-concertada, que no juega a nuestro favor, para poder mantener las plantillas.

La difícil sostenibilidad de la sanidad privada, cada vez más perjudicada por tarifas con el SMS sin revisar desde hace años, procesos por debajo de costes, la no compatibilidad de los profesionales y ahora, la fuga de los mismos hacia la pública, podría suponer mayores cargas y mayor gasto para el sector público difícilmente asumible, si no hacemos algo.

Deberíamos proteger más a los profesionales de la salud, deberíamos cuidar nuestro preciado sistema sanitario.

La cooperación entre la sanidad pública y privada es necesaria y beneficiosa para ambos. Formamos a la cantera de lo que después será un equipo de primera en sus centros de trabajo y así está más que evidenciado. 

Elena Ródenas Martínez 

Enfermera experta en gestión hospitalaria y recursos humanos

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